Sunday, 29 October 2006
En busca de... I
Hoy vi a una señora loca que se iba a ir a España y que, en un arranque de locura, le había cortado los cables al aparato del aire acondicionado.
Friday, 27 October 2006
Some current news
Se terminó el proyecto Micro-cine. Ayer. Tuvimos un evento en el Centro Arte Alameda. It was nice. No fue mucha gente. Y tampoco ganó el corto que yo quería que ganara. Pero igual estuvo choro, habían muchísimos canapés y estaban bien buenos. Diríamos que fue ameno. Por lo menos más ameno que el último día de clases, which was to say the least, funny weird. Ergo, no nos extenderemos sobre esa materia.
Right now, estamos trabajando con mi estimadísmo colega Arturo en un proyecto bien interesante. La idea es armar un libro estructurado en torno a cuatro ejes, con el material que hemos ido haciendo a lo largo del tiempo. Dejar en ese libro nuestra particular visión sobre cosas como estética, poesía, poder, egoísmo et al. Unificar todo bajo un solo nombre e irlo ofreciendo por editoriales a ver si pasa algo. Tal vez, el próximo año, participar en un Fondart or something like that. Nunca está de más en el hogar.
Right now, estamos trabajando con mi estimadísmo colega Arturo en un proyecto bien interesante. La idea es armar un libro estructurado en torno a cuatro ejes, con el material que hemos ido haciendo a lo largo del tiempo. Dejar en ese libro nuestra particular visión sobre cosas como estética, poesía, poder, egoísmo et al. Unificar todo bajo un solo nombre e irlo ofreciendo por editoriales a ver si pasa algo. Tal vez, el próximo año, participar en un Fondart or something like that. Nunca está de más en el hogar.
Sunday, 22 October 2006
Read yesterday
Ayer fui a la exposición del Taller 99 (uno de grabado fundado por Nemesio Antúnez). Había un grabado de Roser Bru con imágenes de Kafka. It had a quote saying:
Vivir es vivir en libertad condicional
Got to love that czechoslovakian german-speaking jew mate.
Vivir es vivir en libertad condicional
Got to love that czechoslovakian german-speaking jew mate.
Thursday, 19 October 2006
Cuando uno conoce gente
Es raro cuando uno encuentra gente y esa gente corresponde de manera extraña con lo que a uno le agrada de una persona. And it's even stranger when you meet those people without expecting them to be anything or to say anything. Moreover, some people I've spent more time with have allowed me to know things which are not so great about them. Pero ni modo. Uno no puede ser autómata de la lógica. Y al mismo tiempo, está la gente bacán (me carga la palabra, pero como se ajusta). Nice people. People of whom you can say nice things. And who've got nice things to say (maybe not to you, but that someone says something nice in general is quite valuable).
Sunday, 15 October 2006
Recuerdo beckettiano
Je viens de me souvenir d'une phrase de Beckett:
'You were saying something nice about me. I can feel it.'
Je veux dîre ça a quelqu'un.
'You were saying something nice about me. I can feel it.'
Je veux dîre ça a quelqu'un.
Friday, 13 October 2006
Classe
Me acabo de dar cuenta que tenía una canción que bajé (no sé en qué momento) de Broken Social Scene. I like it. También bajé unas canciones de Edith Piaf, pero fueron a propósito. El otro día me enteré (con conocimiento de causa) de lo chora es Edith Piaf. She sings reaally cool.
Moving to other things, hoy hice una clase de Literatura. Y estuvo más que agradable. Not that I'll devote myself to studying to be a teacher. Pero de todas formas es agradable, porque uno sabe que la gente no está acostumbrada a que un par se ponga al frente y hable de lo (poco) que sabe. Hubo más participación de la que esperaba. Por otra parte, no me quedo con más esperanza que la poca que tenía.
But it was pleasant.
Moving to other things, hoy hice una clase de Literatura. Y estuvo más que agradable. Not that I'll devote myself to studying to be a teacher. Pero de todas formas es agradable, porque uno sabe que la gente no está acostumbrada a que un par se ponga al frente y hable de lo (poco) que sabe. Hubo más participación de la que esperaba. Por otra parte, no me quedo con más esperanza que la poca que tenía.
But it was pleasant.
Monday, 9 October 2006
J'ai vu
I wonder how long I'm suppossed to stand this. No es que todo se vuelva increasingly unbearable. Más bien es cuento de cansancio, de lata. Casi náusea sartreana en realidad, lo que me deja unpleased, por ponerlo de alguna forma. And it's always people. Ese dualismo es border enervante. La gente es desagradable pero necesaria. Corrijo, alguna (mucha) gente es desagradable y alguna (several few) necesaria.
Todo se reduce, entonces, a los calificativos. A los matices. All your life you live so close to truth it becomes a permanent blur in the corner of your eye, and when something nudges it into outline it's like being ambushed by a grotesque. Es caminar con el vacío sartreano por todas partes. Sarte hasta en la sopa! Cuando lo único que uno quiere es el vacío budista. La pausa, el silencio, no la ausencia de algo que estuvo o que tiene que estar o que se espera que esté. There was this time when there was content but now it's being vaccummed away by some sort of unsurpassable idiocy.
Creer es tan inútil en estos momentos. Un poco más de lo que ha sido siempre.
Todo se reduce, entonces, a los calificativos. A los matices. All your life you live so close to truth it becomes a permanent blur in the corner of your eye, and when something nudges it into outline it's like being ambushed by a grotesque. Es caminar con el vacío sartreano por todas partes. Sarte hasta en la sopa! Cuando lo único que uno quiere es el vacío budista. La pausa, el silencio, no la ausencia de algo que estuvo o que tiene que estar o que se espera que esté. There was this time when there was content but now it's being vaccummed away by some sort of unsurpassable idiocy.
Creer es tan inútil en estos momentos. Un poco más de lo que ha sido siempre.
Saturday, 7 October 2006
Ensayo FDD II
Democratogénesis
Clave para poder entender la relación entre Desarrollo y Democracia es el considerar las condiciones que dieron orígenes a los sistemas democráticos. A grandes rasgos, podemos decir que tras la Ilustración se constituye dentro de Europa una disposición para ensayar sistemas de gobierno que supusieran un cambio (más o menos radical) al status quo. Quizás la Revolución de Estados Unidos fue el elemento que gatilló más claramente la noción de que un sistema democrático era el que iba en mayor concordancia con los ideales de Libertad, Justicia e Igualdad ciudadana. A todo lo anterior sumamos la Declaración Universal de Derechos del Hombre y el Ciudadano, la cual da el pie para la común asociación plenitud de derechos-democracia-libertad.
Así, durante todo el Siglo XIX logramos observar como distintos Estados nacionales ensayan sistemas políticos, todos aparentemente tendientes a la ampliación de las libertades y el Desarrollo en el plano económico. Los resultados son disímiles; hay restauraciones del Antiguo Régimen en la mayoría de los países Europeos, Inglaterra afianza su dominio colonial, en Latinoamérica las Colonias logran independizarse, pero luego caen en la inestabilidad interna, logrando salir de ella con mayor o menor rapidez. En el caso de Chile, a pesar de la tradicional división histórica de períodos Conservador y Liberal, queda claro que hay una unidad política que apunta al crecimiento del país en lo macroeconómico, dando facilidades para la expansión económica y habiendo claros intentos por ampliar la cobertura educacional (dando origen a la Clase Media).
Ahora bien, lo que llama la atención es que, a pesar de la ampliación de las libertades, persisten prácticas como el cohecho y la intervención electoral. Detrás de la máscara democratizadora están los mismos dirigentes, liderando un circo que no obstante rinde frutos. Esta política Finisecular apunta a la grandilocuencia, a las obras emblemáticas, a la Unidad. El Desarrollo es algo del País (cristalización evidente del ideario portaliano, el cual parece hacerse patente en otros países con las más diversas manifestaciones – destaca la pareja Churchill/Hitler).
No obstante, este supuesto avance propugnado por la dirigencia no implica al parecer un acceso para toda la población (menos aún a la población que sustenta el ‘esfuerzo nacional’). Es así como llegamos al Siglo XX. La introducción del Sufragio Universal y la entrada de las mujeres al electorado dejan en claro que un sistema Democrático debe ser uno que otorgue beneficios claros a las personas quienes lo integran. Los regímenes no-capitalistas son una muestra del rechazo al fracaso en varios países de las Democracias Liberales y su economía impersonal.
En definitiva, la historia de la Democracia se resume como una historia que pareciera apuntar hacia una expansión (a lo menos nominal) de la participación. Aun cuando la falta de interés real por ejercer los derechos consagrados sea una tendencia difícilmente desechable, la legitimidad de la Democracia Liberal descansa, hoy por hoy, en la inclusividad que puede alcanzar y en los grados de representatividad que logra. Verificamos ello en las reacciones adversas que suscitan las iniciativas de seguridad que requieren la disminución de libertades para su ejecución. Existe un gran escepticismo y un debate no menor acerca de cuánto estamos dispuestos a ceder en pos de la seguridad y si es realmente una Democracia un sistema que no es capaz de otorgar una respuestas contundente a dicha interrogante.
Clave para poder entender la relación entre Desarrollo y Democracia es el considerar las condiciones que dieron orígenes a los sistemas democráticos. A grandes rasgos, podemos decir que tras la Ilustración se constituye dentro de Europa una disposición para ensayar sistemas de gobierno que supusieran un cambio (más o menos radical) al status quo. Quizás la Revolución de Estados Unidos fue el elemento que gatilló más claramente la noción de que un sistema democrático era el que iba en mayor concordancia con los ideales de Libertad, Justicia e Igualdad ciudadana. A todo lo anterior sumamos la Declaración Universal de Derechos del Hombre y el Ciudadano, la cual da el pie para la común asociación plenitud de derechos-democracia-libertad.
Así, durante todo el Siglo XIX logramos observar como distintos Estados nacionales ensayan sistemas políticos, todos aparentemente tendientes a la ampliación de las libertades y el Desarrollo en el plano económico. Los resultados son disímiles; hay restauraciones del Antiguo Régimen en la mayoría de los países Europeos, Inglaterra afianza su dominio colonial, en Latinoamérica las Colonias logran independizarse, pero luego caen en la inestabilidad interna, logrando salir de ella con mayor o menor rapidez. En el caso de Chile, a pesar de la tradicional división histórica de períodos Conservador y Liberal, queda claro que hay una unidad política que apunta al crecimiento del país en lo macroeconómico, dando facilidades para la expansión económica y habiendo claros intentos por ampliar la cobertura educacional (dando origen a la Clase Media).
Ahora bien, lo que llama la atención es que, a pesar de la ampliación de las libertades, persisten prácticas como el cohecho y la intervención electoral. Detrás de la máscara democratizadora están los mismos dirigentes, liderando un circo que no obstante rinde frutos. Esta política Finisecular apunta a la grandilocuencia, a las obras emblemáticas, a la Unidad. El Desarrollo es algo del País (cristalización evidente del ideario portaliano, el cual parece hacerse patente en otros países con las más diversas manifestaciones – destaca la pareja Churchill/Hitler).
No obstante, este supuesto avance propugnado por la dirigencia no implica al parecer un acceso para toda la población (menos aún a la población que sustenta el ‘esfuerzo nacional’). Es así como llegamos al Siglo XX. La introducción del Sufragio Universal y la entrada de las mujeres al electorado dejan en claro que un sistema Democrático debe ser uno que otorgue beneficios claros a las personas quienes lo integran. Los regímenes no-capitalistas son una muestra del rechazo al fracaso en varios países de las Democracias Liberales y su economía impersonal.
En definitiva, la historia de la Democracia se resume como una historia que pareciera apuntar hacia una expansión (a lo menos nominal) de la participación. Aun cuando la falta de interés real por ejercer los derechos consagrados sea una tendencia difícilmente desechable, la legitimidad de la Democracia Liberal descansa, hoy por hoy, en la inclusividad que puede alcanzar y en los grados de representatividad que logra. Verificamos ello en las reacciones adversas que suscitan las iniciativas de seguridad que requieren la disminución de libertades para su ejecución. Existe un gran escepticismo y un debate no menor acerca de cuánto estamos dispuestos a ceder en pos de la seguridad y si es realmente una Democracia un sistema que no es capaz de otorgar una respuestas contundente a dicha interrogante.
Tuesday, 3 October 2006
Ensayo para la Fundación Democracia y Desarrollo I
Dinámica, Democracia y Desarrollo
Dentro del devenir histórico contemporáneo (considerando como punto de partida el establecimiento mayoritario de regímenes de corte republicano-constitucionalista[1] a lo largo del mundo Occidental, desde inicios y durante el siglo XIX hasta el día de hoy) es posible observar una serie de conflictos y discusiones en torno a las respuestas que ofrecen los diferentes actores sociales para poder afrontar las problemáticas que tienen ante sí. Piedras angulares de este continuo debate han sido los conceptos de Libertad, Justicia, Desarrollo, Crecimiento, Democracia, Liberalismo-Conservadurismo, Estado, Derecho, Igualdad, Riqueza, Opinión Pública, Ciudadanía, entre otros. No obstante la importancia individual y colectiva que puedan tener, nos convocan particularmente dos palabras: Desarrollo y Democracia.
Antes de analizar las posibles relaciones (tanto conceptuales y teóricas como prácticas) entre Democracia y Desarrollo, es conveniente y necesario llegar a una definición de ambas ideas, si bien no definitiva y perpetua, al menos clara para los efectos de nuestra reflexión. Sin embargo, resulta evidente que para ello no podemos ceñirnos a las acotaciones conceptuales que nos pueda entregar un diccionario (no obstante el valor académico que éste pueda tener, es clave el elaborar definiciones propias y funcionales a las pretensiones de estudio que nos convocan). Entenderemos entonces por Democracia el sistema de gobierno que hoy identificamos como Democracia Liberal, tipo de gobierno en el cual los ciudadanos eligen representantes para llevar a cabo la toma de decisiones. En concordancia con lo anterior, hablaremos de un sistema o de prácticas democráticas al hacer referencias a todas aquellas acciones tendientes a involucrar a los ciudadanos en dicho proceso.
Ahora bien, si queremos establecer una definición para Desarrollo, corresponde que hagamos una diferenciación, con el fin de otorgarle el grado de complejidad que amerita el concepto. En términos económicos, el Desarrollo de un país puede concebirse como el hecho de que éste haya alcanzado ciertos estándares internacionales de estabilidad y dinamismo macro y micro económico (i.e. control inflacionario, crecimiento del PIB sobre determinadas cifras, relativamente bajo desempleo, industrialización que permita sustentar la economía nacional, buena distribución del ingreso, etcétera). No obstante, no parece que este solo criterio pueda dar luces sobre el grado de desarrollo de los países. En un plano político, podría hablarse de desarrollo como un grado elevado de funcionalidad en las instituciones estatales. Esto es, eficiencia y capacidad de gestión dentro de la administración pública y los poderes del Estado. A ello debe agregársele una disposición modernizadora, que cristalice en un estado de reforma permanente. De la misma manera que en Occidente se ha planteado la noción ‘estado de crisis permanente’ (apuntada a hacernos ver que siempre hay cosas que pueden mejorarse y que estamos constantemente enfrentados a problemas), la idea de ‘reforma permanente’ tiene como fin traer a colación el hecho de que es necesario el adaptarse con tal de poder sobrellevar las dificultades que se presentan. Finalmente, al hablar de desarrollo sociocultural, entenderemos primero un cierto consenso por parte de los actores sociales (no solo clases, sino también el Estado, el empresariado, los distintos gremios) de que es necesaria la paz social para poder alcanzar mejores niveles de vida. A su vez, podremos ver el desarrollo en el mantenimiento y generación de cultura, ésta correspondiendo no exclusivamente a formas artísticas o libros leídos per cápita (aun cuando ello influya en el Desarrollo cultural de un país), sino también las costumbres y la civilidad de las Sociedades[2].
Con todo lo anterior en mente, corresponde entonces que podamos enunciar primero el alcance del análisis. Esto es, qué tanto pretendemos abarcar dentro de los conceptos ya mencionados. Parece claro que, dado que estamos tratando con ideas que se gestaron y tienen más larga data en el mundo Occidental[3], es en ese ámbito en el cual nos moveremos (tanto para ejemplificar como para hacer un contraste empírico de lo planteado). Haremos, por cierto, las salvedades que amerite el caso.
[1] No parece adecuado hablar, en esta época, de democracias liberales, dado que la conformación de dichos Estados no logra constituirse como un fenómeno claro a lo largo de Occidente durante el temprano siglo XIX.
[2] Bajo este prisma, es viable sostener que el perfeccionamiento moral de las Sociedades (no tanto como un objeto, sino más bien como una actitud) y la percepción colectiva de éste constituyen un factor para evaluar el nivel de Desarrollo de un país. No obstante, esto es bastante debatible y no fácilmente cuantificable como para establecer claras relaciones comparativas de Desarrollo entre países.
[3] Entiéndase por Occidente a Oeste de Europa (Unión Europea), los países de América y países como Australia y Nueva Zelanda.
Dentro del devenir histórico contemporáneo (considerando como punto de partida el establecimiento mayoritario de regímenes de corte republicano-constitucionalista[1] a lo largo del mundo Occidental, desde inicios y durante el siglo XIX hasta el día de hoy) es posible observar una serie de conflictos y discusiones en torno a las respuestas que ofrecen los diferentes actores sociales para poder afrontar las problemáticas que tienen ante sí. Piedras angulares de este continuo debate han sido los conceptos de Libertad, Justicia, Desarrollo, Crecimiento, Democracia, Liberalismo-Conservadurismo, Estado, Derecho, Igualdad, Riqueza, Opinión Pública, Ciudadanía, entre otros. No obstante la importancia individual y colectiva que puedan tener, nos convocan particularmente dos palabras: Desarrollo y Democracia.
Antes de analizar las posibles relaciones (tanto conceptuales y teóricas como prácticas) entre Democracia y Desarrollo, es conveniente y necesario llegar a una definición de ambas ideas, si bien no definitiva y perpetua, al menos clara para los efectos de nuestra reflexión. Sin embargo, resulta evidente que para ello no podemos ceñirnos a las acotaciones conceptuales que nos pueda entregar un diccionario (no obstante el valor académico que éste pueda tener, es clave el elaborar definiciones propias y funcionales a las pretensiones de estudio que nos convocan). Entenderemos entonces por Democracia el sistema de gobierno que hoy identificamos como Democracia Liberal, tipo de gobierno en el cual los ciudadanos eligen representantes para llevar a cabo la toma de decisiones. En concordancia con lo anterior, hablaremos de un sistema o de prácticas democráticas al hacer referencias a todas aquellas acciones tendientes a involucrar a los ciudadanos en dicho proceso.
Ahora bien, si queremos establecer una definición para Desarrollo, corresponde que hagamos una diferenciación, con el fin de otorgarle el grado de complejidad que amerita el concepto. En términos económicos, el Desarrollo de un país puede concebirse como el hecho de que éste haya alcanzado ciertos estándares internacionales de estabilidad y dinamismo macro y micro económico (i.e. control inflacionario, crecimiento del PIB sobre determinadas cifras, relativamente bajo desempleo, industrialización que permita sustentar la economía nacional, buena distribución del ingreso, etcétera). No obstante, no parece que este solo criterio pueda dar luces sobre el grado de desarrollo de los países. En un plano político, podría hablarse de desarrollo como un grado elevado de funcionalidad en las instituciones estatales. Esto es, eficiencia y capacidad de gestión dentro de la administración pública y los poderes del Estado. A ello debe agregársele una disposición modernizadora, que cristalice en un estado de reforma permanente. De la misma manera que en Occidente se ha planteado la noción ‘estado de crisis permanente’ (apuntada a hacernos ver que siempre hay cosas que pueden mejorarse y que estamos constantemente enfrentados a problemas), la idea de ‘reforma permanente’ tiene como fin traer a colación el hecho de que es necesario el adaptarse con tal de poder sobrellevar las dificultades que se presentan. Finalmente, al hablar de desarrollo sociocultural, entenderemos primero un cierto consenso por parte de los actores sociales (no solo clases, sino también el Estado, el empresariado, los distintos gremios) de que es necesaria la paz social para poder alcanzar mejores niveles de vida. A su vez, podremos ver el desarrollo en el mantenimiento y generación de cultura, ésta correspondiendo no exclusivamente a formas artísticas o libros leídos per cápita (aun cuando ello influya en el Desarrollo cultural de un país), sino también las costumbres y la civilidad de las Sociedades[2].
Con todo lo anterior en mente, corresponde entonces que podamos enunciar primero el alcance del análisis. Esto es, qué tanto pretendemos abarcar dentro de los conceptos ya mencionados. Parece claro que, dado que estamos tratando con ideas que se gestaron y tienen más larga data en el mundo Occidental[3], es en ese ámbito en el cual nos moveremos (tanto para ejemplificar como para hacer un contraste empírico de lo planteado). Haremos, por cierto, las salvedades que amerite el caso.
[1] No parece adecuado hablar, en esta época, de democracias liberales, dado que la conformación de dichos Estados no logra constituirse como un fenómeno claro a lo largo de Occidente durante el temprano siglo XIX.
[2] Bajo este prisma, es viable sostener que el perfeccionamiento moral de las Sociedades (no tanto como un objeto, sino más bien como una actitud) y la percepción colectiva de éste constituyen un factor para evaluar el nivel de Desarrollo de un país. No obstante, esto es bastante debatible y no fácilmente cuantificable como para establecer claras relaciones comparativas de Desarrollo entre países.
[3] Entiéndase por Occidente a Oeste de Europa (Unión Europea), los países de América y países como Australia y Nueva Zelanda.
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