Creo que me estoy obsesionando con la obra que fui a ver de Elfriede Jelinek. Pillé unos videos del montaje original en Hamburg y, si bien creo que el que vi en Freiburg no era defectuoso ni mediocre, ciertamente el original le lleva ventaja y media.
Encargué el libro y mañana tengo que ir a buscarlo a una librería que queda como a 15 minutos en Metro. Por el momento, algunos extractos:
Ihr Geld lebt jetzt bei uns, es hat es da gut, arbeitet, treibt Sport, macht Ferien.
Sie konnten es nur vorübergehend beherbergen, Ihr kleines Kapital. Jetzt lebt es bei uns. Es lebt gerne bei uns. Es lebt jetzt auf einer schönen Insel...
Wir haben ins Nichts investiert... In weniger als nichts... Wir haben in ein Unternehmen investiert, das es gar nicht gibt.
Su dinero vive ahora con nosotros, le va bien, trabaja, hace deporte, va de vacaciones.
Sólo podían alojarlo temporalmente, su pequeño capital. Ahora vive con nosotros. Vive feliz con nosotros. Ahora vive en una linda isla.
Invertimos en la nada... en menos que nada... Invertimos en un negocio que nunca existió.
Wednesday, 24 February 2010
Contrastes políticos
En Chile no hay previsión para todxs, y acá en Alemania el FDP dice que 'todo aquel que sea joven y esté sano debe aceptar trabajo'. Mientras acá se pelean por deshacer el Estado de Bienestar, en Chile soñaríamos con una 'renta básica'.
Es gibt noch Mauern, die, was vorstellbar ist, trennen.
Es gibt noch Mauern, die, was vorstellbar ist, trennen.
Tuesday, 9 February 2010
Porqué lxs liberales (y lxs progresistas de paso) se engañan a sí mismxs
La situación política tras las últimas elecciones en Chile da la apariencia (o al menos así lo quieren presentar los sectores 'vencedores') de un desplazamiento del conflicto; desde el proyecto transicional de la Concertación v/s la mera oposición de los grupos destronados por ella, hacia una suerte de 'segunda transición', en la cual el conflicto se verificaría en la oposición liberales v/s conservadores. En la lectura de la Concertación, la pelea sería entre progresistas y 'el resto del mundo'. Lo que en definitiva resalta es que las luchas ya no podrían darse ni el campo de la posición respecto del pasado (ie, cómo asumimos los legados de la Dictadura) ni tampoco en la construcción de un proyecto alternativo al consenso refrendado por la política transicional (ie, la propuesta de un orden no-neoliberalizado).
Me parece que ambas posturas, por diferentes que puedan verse en un principio, tienen en común el presupuesto ideológico básico de cómo se circunscribe el campo de lo político. Además, me da la impresión de que ambas lecturas tienen como transfondo ideológico diversas formas de liberalismo (con excepción de la UDI, donde las cosas son un tanto más complejas, pero eso no es lo que me interesa ahora). Si por un lado, amplios sectores Piñeristas se posicionan desde un liberalismo económico nada sorprendente, hay otros que, habiendo comulgado con ideas de Marco Enríquez-Ominami, mantienen una creencia en un liberalismo social (precisamente quienes se inflaron como pavos reales - de circo - tras la inclusión de una pseudopareja gay en la franja de Piñera). Por su parte, sólo los sectores más 'radicales' de la Concertación adoptan una postura equiparable con el consenso de la socialdemocracia europea, mientras que el resto del progresismo oscila entre un socialcristianismo asistencialista y un progresismo que no es más que liberalismo con sentimiento de culpa, pero que ante la disyuntiva de salvar a un pobre o a un banco ya sabemos qué hace.
Donde se engañan lxs liberales (de casi todas las variedades) no es tanto en su praxis como en su teoría. Sostengo aquí que el problema del liberalismo es su forma de entender el funcionamiento de la sociedad, las denominaciones de lo político, las articulaciones de la economía con la totalidad de lo social, und so weiter. Al partir de la base de una subjetividad individual y abstracta, dotada de cierta 'naturaleza' (de las que se seguirían derechos inalienables, como la propiedad, la vida y bla bla...), la operación inicial de la elaboración teórica liberal deja fuera de su pensamiento la historicidad como condición de posibilidad de la reflexividad. En otras palabras, no sólo el contenido de la teorización liberal llega a ser a-histórico (los DDHH, por ejemplo, o el mercado como entidad abstracta con leyes autónomas), sino la forma de la reflexión aparece bajo la figura de un observador desencarnado de sus condiciones concretas.
A mi modo de ver, es precisamente este a-historicismo el que imposibilita en última instancia la colaboración política entre liberales/progresistas y la 'izquierda', entendida esta como el conjunto de lxs sujetxs políticxs críticxs de las relaciones de dominación actualmente imperantes. No es ninguna sorpresa que las teorías liberales de la dominación y la opresión sean ridículamente simplistas, pecando casi siempre de un individualismo que llega al paroxismo de la frase famosa de Margaret Thatcher: 'There is no such thing as society, there are only individual men, women, and families...'
Por tomar un ejemplo, la diferencia entre el liberal-progesismo y el liberal-conservadurismo respecto del conflicto mapuche es que a los progres los motiva una mala conciencia, mientras que la derecha diagnostica el problema como uno de: a) seguridad; b) propiedad (en otras palabras, cercena el proceso de opresión de las comunidades, tanto en la brutalidad de las corridas de cerco, la construcción de zanjas y la intrusión policial - violencia subjetiva - como en las consecuencias económicas de la ruralización - violencia objetiva).
¿Qué hacer entonces con el liberalismo?
Me parece que ambas posturas, por diferentes que puedan verse en un principio, tienen en común el presupuesto ideológico básico de cómo se circunscribe el campo de lo político. Además, me da la impresión de que ambas lecturas tienen como transfondo ideológico diversas formas de liberalismo (con excepción de la UDI, donde las cosas son un tanto más complejas, pero eso no es lo que me interesa ahora). Si por un lado, amplios sectores Piñeristas se posicionan desde un liberalismo económico nada sorprendente, hay otros que, habiendo comulgado con ideas de Marco Enríquez-Ominami, mantienen una creencia en un liberalismo social (precisamente quienes se inflaron como pavos reales - de circo - tras la inclusión de una pseudopareja gay en la franja de Piñera). Por su parte, sólo los sectores más 'radicales' de la Concertación adoptan una postura equiparable con el consenso de la socialdemocracia europea, mientras que el resto del progresismo oscila entre un socialcristianismo asistencialista y un progresismo que no es más que liberalismo con sentimiento de culpa, pero que ante la disyuntiva de salvar a un pobre o a un banco ya sabemos qué hace.
Donde se engañan lxs liberales (de casi todas las variedades) no es tanto en su praxis como en su teoría. Sostengo aquí que el problema del liberalismo es su forma de entender el funcionamiento de la sociedad, las denominaciones de lo político, las articulaciones de la economía con la totalidad de lo social, und so weiter. Al partir de la base de una subjetividad individual y abstracta, dotada de cierta 'naturaleza' (de las que se seguirían derechos inalienables, como la propiedad, la vida y bla bla...), la operación inicial de la elaboración teórica liberal deja fuera de su pensamiento la historicidad como condición de posibilidad de la reflexividad. En otras palabras, no sólo el contenido de la teorización liberal llega a ser a-histórico (los DDHH, por ejemplo, o el mercado como entidad abstracta con leyes autónomas), sino la forma de la reflexión aparece bajo la figura de un observador desencarnado de sus condiciones concretas.
A mi modo de ver, es precisamente este a-historicismo el que imposibilita en última instancia la colaboración política entre liberales/progresistas y la 'izquierda', entendida esta como el conjunto de lxs sujetxs políticxs críticxs de las relaciones de dominación actualmente imperantes. No es ninguna sorpresa que las teorías liberales de la dominación y la opresión sean ridículamente simplistas, pecando casi siempre de un individualismo que llega al paroxismo de la frase famosa de Margaret Thatcher: 'There is no such thing as society, there are only individual men, women, and families...'
Por tomar un ejemplo, la diferencia entre el liberal-progesismo y el liberal-conservadurismo respecto del conflicto mapuche es que a los progres los motiva una mala conciencia, mientras que la derecha diagnostica el problema como uno de: a) seguridad; b) propiedad (en otras palabras, cercena el proceso de opresión de las comunidades, tanto en la brutalidad de las corridas de cerco, la construcción de zanjas y la intrusión policial - violencia subjetiva - como en las consecuencias económicas de la ruralización - violencia objetiva).
¿Qué hacer entonces con el liberalismo?
Saturday, 6 February 2010
Letzte Nachrichten
Algunas observaciones sobre acontecimientos de las últimas semanas:
Erstens: Ayer fuimos a Strasßburg (Strasbourg en francés). Visitamos el Parlamento Europeo y demás cosas, pero el problema fue que gracias a un par de retrasos el resto del día fue desastroso. Mal almuerzo, fui a un café y me atendieron pésimo, y sólo tuvimos como media hora libre para dar vueltas por la ciudad. Mañana hay una cata de vino, así que espero que eso esté mejor.
Zweitens: Si no me equivoco, la semana pasada se filtraron noticias (cuya veracidad es hasta el momento ni indesmentible ni inconfirmable) sobre declaraciones de Rolando Jiménez (presidente del Movimiento de Liberación e Integración Homosexual - MOVILH), quien habría sostenido la conveniencia política de mantener la trans-sexualidad como patología, con tal de lograr acercamientos con el gobierno de Piñera. Al respecto, es más que recomendable el artículo de Panchiba en DisidenciaSexual, que también le lleva discusión, pelea, escupo y demases.
Al respecto, estoy de acuerdo con lo que plantea Panchiba al decir que el campo de la diferencia sexual no está dividido de manera horizontal entre 'orientaciones', sino más bien que las diferentes prácticas que se llevan a cabo (podríamos decir, los agenciamientos) dentro de éste están inscritas dentro de una jerarquía. El goce sexual no está igualmente aceptado para todxs, y en ese sentido, hoy una pareja de lelas perfectamente comportadas (residentes en alguna ciudad primermundista) y con una relación estable ocupa un lugar más alto en la pirámide sexual que una puta s/m heterosexual.
La pregunta está, entonces, en cómo es posible llevar adelante una política de disidencia sexual capaz de romper con la hegemonización de la diferencia sexual que han hecho el MOVILH y el MUMS. El problema de sus propuestas no está (solamente) en la victimización que hacen de las 'minorías discriminadas', ni tampoco en los deseos incontrolables de lograr reconocimiento institucional. La cuestión más delicada está en cómo han logrado hacer del sexo, el género, y el deseo un campo 'despolitizado'. Fieles a su espíritu progresista, organizaciones como el MOVILH terminan haciendo mucho por despojar de su carga política a los regímenes sexuales dentro de los cuales nos encontramos. Ni qué decir su brutal omisión de la variable de clase en la situación de lxs Trans (sin la cual no podríamos entender por qué se vuelve necesario dialogar con el Ministerio de Salud). Tal y como lxs 'progres' de la Concertación hablan de reforma laboral sin hablar de clase, el MOVILH habla de Ley Antidiscriminación sin hablar de Heteronormatividad Reproductiva (lo que también explica los silencios en torno a cuestiones de aborto &c).
More to come on this issue...
Erstens: Ayer fuimos a Strasßburg (Strasbourg en francés). Visitamos el Parlamento Europeo y demás cosas, pero el problema fue que gracias a un par de retrasos el resto del día fue desastroso. Mal almuerzo, fui a un café y me atendieron pésimo, y sólo tuvimos como media hora libre para dar vueltas por la ciudad. Mañana hay una cata de vino, así que espero que eso esté mejor.
Zweitens: Si no me equivoco, la semana pasada se filtraron noticias (cuya veracidad es hasta el momento ni indesmentible ni inconfirmable) sobre declaraciones de Rolando Jiménez (presidente del Movimiento de Liberación e Integración Homosexual - MOVILH), quien habría sostenido la conveniencia política de mantener la trans-sexualidad como patología, con tal de lograr acercamientos con el gobierno de Piñera. Al respecto, es más que recomendable el artículo de Panchiba en DisidenciaSexual, que también le lleva discusión, pelea, escupo y demases.
Al respecto, estoy de acuerdo con lo que plantea Panchiba al decir que el campo de la diferencia sexual no está dividido de manera horizontal entre 'orientaciones', sino más bien que las diferentes prácticas que se llevan a cabo (podríamos decir, los agenciamientos) dentro de éste están inscritas dentro de una jerarquía. El goce sexual no está igualmente aceptado para todxs, y en ese sentido, hoy una pareja de lelas perfectamente comportadas (residentes en alguna ciudad primermundista) y con una relación estable ocupa un lugar más alto en la pirámide sexual que una puta s/m heterosexual.
La pregunta está, entonces, en cómo es posible llevar adelante una política de disidencia sexual capaz de romper con la hegemonización de la diferencia sexual que han hecho el MOVILH y el MUMS. El problema de sus propuestas no está (solamente) en la victimización que hacen de las 'minorías discriminadas', ni tampoco en los deseos incontrolables de lograr reconocimiento institucional. La cuestión más delicada está en cómo han logrado hacer del sexo, el género, y el deseo un campo 'despolitizado'. Fieles a su espíritu progresista, organizaciones como el MOVILH terminan haciendo mucho por despojar de su carga política a los regímenes sexuales dentro de los cuales nos encontramos. Ni qué decir su brutal omisión de la variable de clase en la situación de lxs Trans (sin la cual no podríamos entender por qué se vuelve necesario dialogar con el Ministerio de Salud). Tal y como lxs 'progres' de la Concertación hablan de reforma laboral sin hablar de clase, el MOVILH habla de Ley Antidiscriminación sin hablar de Heteronormatividad Reproductiva (lo que también explica los silencios en torno a cuestiones de aborto &c).
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