Wednesday, 25 April 2012
Monday, 23 April 2012
Blues
Sunday, 22 April 2012
Nostalgia
Friday, 20 April 2012
Thursday, 19 April 2012
Edición
Wednesday, 18 April 2012
Aphorismen II
[Hasta hoy, todo aquello que le ha dado color a la existencia no tiene todavía historia alguna: o, ¿dónde se daría una historia del amor, de la codicia, de la envidia, de la conciencia, de la piedad, de la crueldad?]
Friedrich Nietzsche, La gaya ciencia, §7 Algo para los industriosos.
Aphorismen
[Y cuando miras por largo tiempo en un abismo, también el abismo mira dentro de ti]
Friedrich Nietzsche, Más allá del bien y el mal, aforismo 146.
Monday, 16 April 2012
Klassenkampf
Thursday, 12 April 2012
Reality
Monday, 9 April 2012
Dato Rossa
Saturday, 7 April 2012
La cacería de Sandino (Gabriela Mistral)
Mister Hoover ha declarado a Sandino "fuera de la ley". Ignorando eso que llaman derecho internacional, se entiende, sin embargo, que los Estados Unidos hablan del territorio nicaraguense como del propio, porque no se comprende la declaración sino como lanzada sobre uno de sus ciudadanos: "Fuera de la ley norteamericana".
Los desgraciados políticos nicaraguenses, cuando pidieron contra Sandino el auxilio norteamericano, tal vez no supieron imaginar lo que hacían y tal vez se asusten hoy de la cadena de derechos que han creado al extraño y del despeñadero de concesiones por el cual echaron a rodar su país.
La frase cocedora de Mr. Hoover suena a ese Halalí de las grandes cacerías, cuando sobre la presa que ha asomado el bulto en un claro del bosque, el cuerno llamador arroja a la jauría. Es numerosa la jauría esta vez hasta ser fantástica: sobre unas lomas caerán cinco mil hombres y decenas de aeroplanos. También equivale la frase a la otra de uso primitivo: "Tantos miles de pesos por tal cabeza", usada en toda tierra por los hombres de presa.
Lástima grande que la cabeza enlodada del herrero que la prensa yanqui llama bandido, sea, por rara ocurrencia, una cabeza a la cual sigue anhelante el continente donde vive toda su raza y una pieza que desde Europa llaman de héroe nato y de criatura providencial los que saben nombrar bien.
El herrero se parece más a Hércules que al Plutón infernal que ve Mr. Hoover. Enlodado corre por las cuchillas, a causa de los pantanos en que ha de escurrirse como culebra; carga las dos o tres pistolas que le dan las fotografías malignas de los semanarios neoyorquinos porque corre perseguido por los ajenos y los propios, y cada árbol y cada piedra de su región le son desleales; y su defensa toma aspecto de locura porque vive un caso fabuloso como para voltear a cualquiera la masa de sangre.
Desde los años de 1810, o sea, desde el aluvión guerrero que bajó desde México y Caracas hasta Chile, rompiéndolo todo para salvar una sola cosa, no habíamos vivido con nuestra expectación un trance semejante.
Mr. Hoover, mal informado a pesar de sus veintiún embajadas, no sabe que el hombrecito Sandino, mortuno, plebeyo e infeliz ha tomado como un garfio la admiración de su raza, excepto uno que otro traidorzuelo o alma seca del sur. Si lo supiese, a pesar de la impermeabilidad a la opinión pública de la Casa Blanca (la palabra es de un periodista yanqui) se pondría a voltear esta pieza de fragua y de pelotón militar, tan parecida a los Páez, a los Artigas y a los Carrera, se volvería, a lo menos, caviloso y pararía la segunda movilización.
El guerrillero no es el mineral simple que él ve y que le parece un bandido quimicamente puro; no es un pasmo militar a lo Pancho Villa, congestionado de ganas de matar, borracho de fechoría afortunada y cortador de cabezas a lo cuento de Salgari. Ha convencido desde la prensa francesa y el aprecio español hasta el último escritor sudamericano que suele leer, temblándole el pulso, el cable que le informa que su Sandino sigue vivo.
Tal vez caiga ahora esa cabeza sin peinar que trae locas las cabezas acepilladas de los marinos ocupantes; tal vez sea esta ocasión la última en el millar de las jugadas y perdidas por el invasor. Ya no se trata de una búsqueda sino de una cacería, como decimos.
Pero los marinos de Hoover van a recoger en sus manos un trofeo en el que casi todos los del sur veremos nuestra sangre y sentiremos el choque del amputado que ve caer su muñón. Mala mirada vamos a echarles y un voto diremos bajito o fuerte que no hemos dicho nunca hasta ahora, a pesar de Santo Domingo y del Haití: "¡Malaventurados sean!".
Porque la identificación ya comienza y a la muerte de Sandino se hará de un golpe quedándose en el bloque. El guerrillero es, en un solo cuerpo, nuestro Páez, nuestro Morelos, nuestro Carrera y nuestro Artigas. La faena es igual, el trance es el mismo.
Nos hará vivir Mr. Hoover, eso sí, una sensación de unidad continental no probada ni en 1810 por la guerra de la independencia, porque este héroe no es local, aunque se mueva en un kilómetro de suelo rural, sino rigurosamente racial. Mr. hoover va a conseguir, sin buscarlo, algo que nosotros mismos no habíamos logrado: sentirnos uno de punta a cabo del continente en la muerte de Augusto Sandino.
Friday, 6 April 2012
Adorno, dreimal
...there is no longer any beauty or any consolation, except in the gaze which goes straight to the horror, withstands it, and in the undiminished consciousness of negativity, holds fast to the possibility of that which is better.
...y ya no queda más belleza o consuelo excepto en esa mirada que va sobre el horror, lo desafía y, en la conciencia inaplacada de la negatividad, se aferra a la posibilidad de lo mejor.
Simone Weil
Die Schwerkraft des Geistes lässt uns nach oben fallen
[La gravedad del espíritu nos deja caer hacia arriba]
Ñoñez
Thursday, 5 April 2012
Libro
- En Chile existen cerca de 140 librerías. De ellas, cerca de 6 concentran al menos el 80% de las ventas de todo el país.
- Los 50 títulos más vendidos constituyen alrededor del 17% de las ventas de las librerías chilenas. Casi el 80% se distribuye en ventas de títulos individuales o poco más de dos ejemplares por título.
- España exporta a América Latina USD 200 millones en libros. En cambio, sólo importa USD 7 millones.
Sunday, 1 April 2012
Algunas palabras que me gustan
desparpajo
aspavientos
insondable
aquiescencia
rescindir
otrosí
frágil
malogrado
iridiscente
pulcro
despercudido
arrellanado
obstar
antiquísimo
cauce
desparramado
matriz
(entre otras)