Wednesday, 22 August 2018

(De René Depestre)

Se ha dicho, con razón, que nuestros pueblos han estado ausentes de todas las citas amorosas con la ciencia, la literatura, el arte, la belleza y la ternura en que ha participado el ser humano durante los tres últimos siglos. En realidad, estábamos presentes a nuestra manera: es decir, con nuestro sudor y nuestros sufrimientos. Eramos en Asia, en Africa, en América Latina, el combustible biológico, que antes de la era de la electricidad, hizo posible el Siglo de las Luces y otras aventuras universalizantes de la cultura occidental.