Retomando la existencia en el submundo de la "blogósfera" luego de un receso cuasi involuntario. Como siempre, se puede hablar de cosas pero difícilmente de lo relevante. So, let's begin: ayer fue la Peña y hubo un taller de pantomima. Bien bueno te diré. El trabajo disociando el cuerpo es, cuando menos, una aproximación artística (legal) a la experimentación con estupefacientes psicodélicos. Está a medio camino entre la despersonalización y el cuerpo como recurso. El actor no ejecuta sino que se ejecuta.
Me quedó gustando en todo caso. Igual me había llamado la atención en todos los montajes de la Patogallina; la economía real de recursos. Además que se me conecta con todo esto de la Susan Sontag y la estética del silencio. Entonces, este es un arte que se suicida desde el principio. Y que conduce a un suicidio real; el lenguaje del cuerpo sólo podrá acallarse por la ausencia, por el silencio del cuerpo. Una muerte que sea efectiva o cuando menos trascendente.
Leaving, leaving, leaving...
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