Las felices coincidencias de dos tiempos (aunque lo nuevo y lo antiguo nunca se desconectan del todo: su desfasaje presupone ya algo compartido).
Wednesday, 27 September 2017
This Must Be The Place
Las felices coincidencias de dos tiempos (aunque lo nuevo y lo antiguo nunca se desconectan del todo: su desfasaje presupone ya algo compartido).
Monday, 28 August 2017
Friday, 28 July 2017
Lluvia (¿veraniega?)
Truenos, la lluvia en medio de relámpagos. Desde este lugar, la ciudad cambia el ritmo de su respiración, por ella se produce el recorrido de una velocidad menos agitada. El golpeteo del agua -arriba, abajo; techo, calle-, su apozarse en las esquinas (también suena la acumulación de la lluvia), o un tipo de pasaje hacia el sueño que re reconozco de forma equívoca, con la modrra puesta al revés. Intento dormir poniendo el máximo de atención posible al esparcirse del agua. Pienso que así las gotas podrán mecerme, acurrucarme en la caída múltiple: la misma lluvia aquí y en innúmeros puntos de Santiago. También me reconforta esa simultaneidad cuando pienso en la ligazón del sueño extendido a ambos lados de esta cama. El ruido de la lluvia, escuchar los truenos, evoca las espaldas que se tocan, mi brazo dormido, el acodarse de la lengua disuelta en un habla cn pocas palabras (preguntas repetitivas que reducen el ritmo tanto como el agua). AHí nos enredamos para otra ligazón.
Monday, 3 July 2017
Franz
(De los diarios de Kafka, en su natalicio)
Antes de dormirme, sentí en mi cuerpo el peso de los puños al final de mis ligeros brazos [...] Sin peso, sin huesos, sin cuerpo, he andado durante dos horas por las calles y he reflexionado sobre lo que he conseguido superar esta tarde escribiendo.
Antes de dormirme, sentí en mi cuerpo el peso de los puños al final de mis ligeros brazos [...] Sin peso, sin huesos, sin cuerpo, he andado durante dos horas por las calles y he reflexionado sobre lo que he conseguido superar esta tarde escribiendo.
Monday, 26 June 2017
Allende, natalicio de
En mi familia -la inmediata, al menos, y sobre todo en los primeros años de infancia- siempre se habló con rabia de la Unidad Popular. Las colas, el desabastecimiento, las protestas. Cuando pregunté por el 11 de septiembre me dieron explicaciones genéricas, derechismo de manual. "El marido de Gladys Marín está en Cuba [o Suecia, era el exotismo de los exiliados de izquierda], escondido en alguna parte". Nunca hubo cultura de izquierda en la casa: ni Quilapayún, ni Silvio, ni orgullo de clase. Entonces, cuando vi el documental de Patricio Guzmán sobre Salvador Allende en el cine, apenas estrenado, no contaba con muchas referencias personales para anclarme a la historia que ahí se desenvolvía. No había visto La batalla de Chile (entonces, tampoco sabía bien quién era el documentalista; desconocía su voz y no lograba comprender por qué no aparecía nunca) ni tampoco tenía en la retina o el oído los discursos famosos de Allende. Fui al cine por curiosidad, pero también como un rito iniciático en lo que significa ser de izquierda en este país. En medio de la función saqué una libreta para registrar frases, canciones que acompañaban el material de archivo y, sobre todo, extractos de las intervenciones del "compañero presidente". El documental cerró con la grabación de "La ciudad" de Gonzalo Millán, que escuchaba por primera vez. Salí de la sala abatido, desorientado por la emoción que provoca la presencia de ese resto del pasado que ha sobrevivido y que nos toca. Años después, frente al estudio de esa disciplina que llamamos historiografía, podría entender de manera concreta las discusiones sesudas sobre el "relampagueo en un instante de peligro" o el "sublime histórico". Tenía para ellas un atajo con nombre propio: Allende.
Wednesday, 31 May 2017
Saturday, 29 April 2017
Notas
Para otro momento (desarrollar después, siempre la postergación): transformismo de derecha. ¿Qué tanto se gana cuando el transformismo adopta la rúbrica unívoca de la resistencia frente a la heteronorma patriarcal? No se trata, incluso, de cuestiones formales (de los procedimientos y técnicas involucrados en la construcción de un personaje o una rutina), que parecerían ser una zona de deslinde entre lo rebelde y lo asimilado. En el centro mismo de lo que se asocia a la ruptura puede ocurrir la pulsión por reproducir y reforzar el orden social dominante. ¿Puede ser que acaso la mayor lealtad con la potencia emancipatoria del transformismo se realice si es que admitimos la posibilidad -o bien la realidad- de un transformismo patriarcal?
Wednesday, 19 April 2017
Desnivel (o deslizarse entre planos)
En el cambio súbito de estado -de la obscuridad a la luz, del reclinarse al estar de pie, de sentado al desplazamiento, la visión se borronea y los contornos pierden su definición. Desenfoques, a la vez titirando el ojo y, a un tiempo (o a ese tiempo que más que uno, ahí donde uno nunca coincide consigo), el ojo busca el eje para el ver. Por un momento no se percibe nada que no sea la pluralidad de las formas, mancha hacia la que se disuelven los objetos de lo conocido.
Sunday, 2 April 2017
Pasión por las miniaturas
Death moves his hands through me again
a lonely outsider among men.
This world within me is too small But still inside me something sings.
I'll keep my silence here I'll leave this place alone.
a lonely outsider among men.
This world within me is too small But still inside me something sings.
I'll keep my silence here I'll leave this place alone.
Friday, 31 March 2017
Dialogar
¿Cuáles son las formas posibles de un texto a dos voces, más allá del epistolario? Sí, la estructura del envío y respuesta da cuenta de la apertura más allá del uno/del sí mismo. ¿Cómo se hace para que una misma instancia -en lo temporal- contenga la polifonía? ¿De qué maneras ella se traduce en algo distinto de la coexistencia (una operación de suma) y se encamina a lo poliédrico, la simultaneidad de lo distinguible?
Monday, 27 February 2017
Friday, 27 January 2017
(De Frantz Fanon)
Sin embargo, con todo mi ser, me niego a esa amputación. Me siento un alma tan vasta como el mundo, verdaderamente un alma profunda como el más profundo de los ríos, mi pecho tiene una potencia infinita de expansión. Soy ofrenda y se me aconseja la humildad del tullido... Ayer, al abrir los ojos sobre el mundo, vi el cielo revolverse de parte a parte. Yo quise levantarme, pero el silencio sin entrañas refluyó hacia mí, sus alas paralizadas. Irresponsable, a caballo entre la Nada y el Infinito, me puse a llora.
Tuesday, 10 January 2017
Descansos
"Ruh dein Herztier aus, du hast heute so viel gespielt".
"Reposa tu bestia del corazón, hoy has jugado mucho".
Pareciera que el alemán no es un idioma de concisión, a diferencia del lugar común que ha pesado por mucho tiempo sobre el inglés. El sosiego que se evoca tiene quizás que ver con la separabilidad de ausruhen, lo mismo que con la prolongación de la sílaba: es la invitación a extendernos y detener cualquier movimiento. La imagen de Müller conjura un ambiente doméstico donde el espíritu puede disponerse al igual que otros juguetes, esos instrumentos sin instrumentalidad que no quieren ser todavía la finalidad sin fin. Pero la bestia del corazón no es un juguete, sino que se dispone de ella como tal, y es consciente en cada tramo de ese amague (del truco no consumado). Reposar suena más una precaución que un gentil mecerse hacia el sueño: mantener la actividad de nuestra bestia del corazón es parte del camino a desobrarnos.
"Reposa tu bestia del corazón, hoy has jugado mucho".
Pareciera que el alemán no es un idioma de concisión, a diferencia del lugar común que ha pesado por mucho tiempo sobre el inglés. El sosiego que se evoca tiene quizás que ver con la separabilidad de ausruhen, lo mismo que con la prolongación de la sílaba: es la invitación a extendernos y detener cualquier movimiento. La imagen de Müller conjura un ambiente doméstico donde el espíritu puede disponerse al igual que otros juguetes, esos instrumentos sin instrumentalidad que no quieren ser todavía la finalidad sin fin. Pero la bestia del corazón no es un juguete, sino que se dispone de ella como tal, y es consciente en cada tramo de ese amague (del truco no consumado). Reposar suena más una precaución que un gentil mecerse hacia el sueño: mantener la actividad de nuestra bestia del corazón es parte del camino a desobrarnos.
Monday, 2 January 2017
John Berger (1926-2017)
“La remoción de las cataratas de los ojos es comparable con la remoción
de una forma particular de olvido. Los ojos comienzan a recordar
primeras veces, y es en este sentido que lo que ellos experimentan
después de la intervención es un tipo de renacimiento visual. La
inquietante heterogeneidad de lo existente ha maravillosamente
regresado. Y los dos ojos, removidos ahora los pobres lienzos, registran
la sorpresa”.
De primera mano, la obra que conozco de Berger se reduce a un par de columnas y el canónico Modos de ver. Fue una de las primeras lecturas que me acercó al problema de las imágenes y el estudio de lo visual de una forma que era, a la vez, rigurosa y sugerente en sus posicionamientos teóricos y en su modo de presentación. Al indagar un poco más con el tiempo, pude identificar a Berger con una larga tradición de intelectuales británicos radicales que habían hecho del estudio de la historia y de la cultura una pasión de igual intensidad que su involucramiento con la política: Hoggart, Williams, Hall, Thompson, Hobsbawm, Ali y una larga lista. Leerlo es participar de una pasión por los productos de la cultura europea en todas sus complejidades. En los ojos de Berger ella se transforma en sitio de crítica de lo existente y a la vez, motivo de afirmación de la esperanza en medio de un presente turbulento. Como lo despidió la editorial Verso: “rest in power”.
https://www.youtube.com/watch?v=_IeBcecwcQw
De primera mano, la obra que conozco de Berger se reduce a un par de columnas y el canónico Modos de ver. Fue una de las primeras lecturas que me acercó al problema de las imágenes y el estudio de lo visual de una forma que era, a la vez, rigurosa y sugerente en sus posicionamientos teóricos y en su modo de presentación. Al indagar un poco más con el tiempo, pude identificar a Berger con una larga tradición de intelectuales británicos radicales que habían hecho del estudio de la historia y de la cultura una pasión de igual intensidad que su involucramiento con la política: Hoggart, Williams, Hall, Thompson, Hobsbawm, Ali y una larga lista. Leerlo es participar de una pasión por los productos de la cultura europea en todas sus complejidades. En los ojos de Berger ella se transforma en sitio de crítica de lo existente y a la vez, motivo de afirmación de la esperanza en medio de un presente turbulento. Como lo despidió la editorial Verso: “rest in power”.
https://www.youtube.com/watch?v=_IeBcecwcQw
Thursday, 29 December 2016
(De Clarice Lispector)
He llegado finalmente a la nada. Y con la satisfacción de haber alcanzado en mí el mínimo de existencia, apenas la respiración indispensable, me hago libre. Sólo me resta inventar. Aunque me reconozco enseguida: soy incómodo. Incómodo para mí mismo. Me siento molesto en este cuerpo que es mi equipaje. Pero ese malestar es el primer paso para mi... ¿Para mi qué? ¿Verdad? ¿Acaso tengo una verdad?
Monday, 26 December 2016
Fases
La Luna fija, casi en una modalidad escenográfica. Hay mucho de amenazante en esa distancia donde la naturaleza se manifiesta cuantitativamente aumentada -en otra escala-, mas no excesiva ni desbordada.
Monday, 21 November 2016
Sincronía/sintonía
¿Qué tiempo o frecuencia habitan dos cuerpos cuando se trama entre ellos la relación de lo afín, de esa temporalidad que es más que lo simultáneo? De alguna forma estamos todavía en el tránsito de afinar nuestra recepción de una obra generosa, valiente y necesaria. Sin manifestarse directamernte sobre la contingencia, nos interpela a construir un mundo abierto y receptivo al padecer conjunto, y eso es radicalmente político.
Wednesday, 16 November 2016
(De Hito Steyerl)
Additionally, social media and cellphone cameras hace created a
zone of mutual mass surveillance, which adds to the ubiquitous urban
networks of control, such as CCTV, cellphone GPS tracking and
face-recognition software. On top of institutional surveillance, people
are now also routinely surveilling each other by taking countless
pictures and publishing them in almost real time. The social control
associated with these practices of horizontal representation has become
quite influential. Employers google reputations of job candidates;
social media and blogs become halls of shame and malevolent gossip. The
top-down cultural hegemony exercised by advertisement and corporate
media is supplemented by a down-down regime of (mutual) self-control and
visual self-disciplining, which is even harder to dislocate than
earlier regimes of representation. This goes along with substantial
shifts in modes of self-production. Hegemony is increasingly
internalized, along with the pressure to conform and perform, as is the
pressure to represent and be represented.
[Adicionalmente, las redes sociales y las cámaras de teléfonos celulares han creado una zona de mutua vigilancia masiva, que se suma a las ubicuas redes de control, como los circuitos cerrados de televisión, el rastreo celular por GPS y el software de reconocimiento de rostro. Sobre la vigilancia institucional las personas se vigilan ahora rutinariamente las unas a las otras al tomar fotos y publicarlas casi en tiempo real. El control social asociado a estas prácticas de representación horizontal se vuelto bastante influyente. Los empleadores googlean las reputaciones de candidatos laborales; las redes sociales y blogs se vuelven salones de la infamia y del chisme malicioso. La hegemonía cultural de arriba hacia abajo ejercida por la publicidad y los medios corporativos es suplementada por un régimen de (mutuo) auto-control y auto-disciplinamiento, que es aún más difícil de dislocar que anteriores regímenes de representación. Esto va de la mano con cambios substanciales en los modos de la producción de sí mismo. La hegemonía es crecientemente internalizada, junto con la presión por conformarse y actuar [conform and perform], tal y como lo es la presión por representar y ser representado].
[Adicionalmente, las redes sociales y las cámaras de teléfonos celulares han creado una zona de mutua vigilancia masiva, que se suma a las ubicuas redes de control, como los circuitos cerrados de televisión, el rastreo celular por GPS y el software de reconocimiento de rostro. Sobre la vigilancia institucional las personas se vigilan ahora rutinariamente las unas a las otras al tomar fotos y publicarlas casi en tiempo real. El control social asociado a estas prácticas de representación horizontal se vuelto bastante influyente. Los empleadores googlean las reputaciones de candidatos laborales; las redes sociales y blogs se vuelven salones de la infamia y del chisme malicioso. La hegemonía cultural de arriba hacia abajo ejercida por la publicidad y los medios corporativos es suplementada por un régimen de (mutuo) auto-control y auto-disciplinamiento, que es aún más difícil de dislocar que anteriores regímenes de representación. Esto va de la mano con cambios substanciales en los modos de la producción de sí mismo. La hegemonía es crecientemente internalizada, junto con la presión por conformarse y actuar [conform and perform], tal y como lo es la presión por representar y ser representado].
Monday, 7 November 2016
No verse
Buscar en la invisibilidad una substracción del tiempo instantáneo y de la pulsión por la inmediatez. Al restarme esquivo la contraposición entre autenticidad y simulacro, entre fondo y superficie. Rechazar las documentaciones escenificadas es proponer otro tipo de edición de la vida-en-escena. Ahí, en ese espacio anclado de modo tenue e inestable a las redes o al conteo de las interacciones, se manifiesta mi aspiración por habitar la personalidad neutra -lo neutro de la personalidad: el momento de la forma flotante antes que "vaciada"-.
Sunday, 9 October 2016
Personalizar la política
Estuve fuera unas semanas y parece que el clima levemente agitado dentro de las organizaciones feministas en Santiago se transformó, súbito, en un ambiente ríspido, con poco margen para conversaciones que no estén algo a la defensiva. No es, sin embargo una novedad. El feminismo es un campo ácido, las peleas están a la orden del día, y quizá hay más quiebres que dentro de la izquierda tradicional. La explicación más fácil suele ser que la política feminista involucra los afectos y que la separación entre lo privado (las relaciones íntimas o personales) y lo público (el espacio de esa política que hemos llamado formal más por costumbre que por razones muy meditadas) es una construcción histórica del patriarcado.
Hasta ahí, nada que decir, porque es un razonamiento válido que ha permitido la politización de aspectos antes excluidos del escrutinio colectivo. La dimensión doméstica es uno de los sitios más crudos de reproducción del poder patriarcal: cómo nos debemos vestir, quién debe limpiarle la mierda a las wawas, qué reglas se imponen a las relaciones amorosas. Si sólo existiera en las manifestaciones "públicas", esta opresión no podría hacer ni la mitad de su trabajo, y por lo mismo es un desafío para cualquier espacio feminista el diseñar estrategias para transformar lo privado.
Entonces, si es que ha sido tan relevante esta politización de lo personal, ¿qué hay de problemático en el actual estado de cosas del debate feminista? Pues, precisamente que pareciéramos haber llegado al otro lado del espejo. El tipo de comentarios que leo de unas organizaciones opinando de otras, los juicios sobre acciones u omisiones de sujetos individuales, las exigencias hechas respecto de la coherencia política, todo ello se desarrolla en el tono de la conversación de pasillo (o bien en la invectiva semi-pública del estado de Facebook). Quiero comprender de dónde vienen estas pasadas de cuentas y a qué responden los comentarios pasivo-agresivos. Que alguien me explique en qué momento las diferencias políticas empezaron a pesar por su contenido afectivo, como si el desacuerdo en el "qué hacer" -esto es, en los detalles- signficase necesariamente un juicio respecto de la calidad de las personas u organizaciones con quienes se tiene ese diferendo.
Se me ocurre que esta crispación generalizada tiene que ver con un déficit de espacio público para el debate. Un lugar en el que la politización de lo privado no equivalga del todo a la personalización de lo político. O, dicho de otro modo, una manera de abordar las diferencias por fuera de los códigos de la intimidad. La crítica a la abstracción de una esfera pública diseñada a medida masculina, burguesa y blanca no debiese llevarnos al rechazo de esa necesaria abstracción que requiere cierto tipo de acción política. Tratarnos entre nosotras sólo en los códigos de la amistad tiene como potencial consecuencia la clausura de lo político. Ahí, la sororidad corre el riesgo de transformarse en grupos de afinidad de funcionamiento sectario, y sabemos que la sororidad es algo demasiado importante y preciado como para dejar que ello ocurra. Sin una mediación de los conflictos políticos que pueda esquivar esta disolución dentro de los límites parroquiales del cuarto propio me temo que sólo iremos a un debilitamiento del ingente tejido organizativo que ha caracterizado estos últimos años para el campo feminista. No sé cómo se hace para salir de esta modalidad en la que estamos, pero es urgente la búsqueda, partiendo por la recomposición de confianzas.
Hasta ahí, nada que decir, porque es un razonamiento válido que ha permitido la politización de aspectos antes excluidos del escrutinio colectivo. La dimensión doméstica es uno de los sitios más crudos de reproducción del poder patriarcal: cómo nos debemos vestir, quién debe limpiarle la mierda a las wawas, qué reglas se imponen a las relaciones amorosas. Si sólo existiera en las manifestaciones "públicas", esta opresión no podría hacer ni la mitad de su trabajo, y por lo mismo es un desafío para cualquier espacio feminista el diseñar estrategias para transformar lo privado.
Entonces, si es que ha sido tan relevante esta politización de lo personal, ¿qué hay de problemático en el actual estado de cosas del debate feminista? Pues, precisamente que pareciéramos haber llegado al otro lado del espejo. El tipo de comentarios que leo de unas organizaciones opinando de otras, los juicios sobre acciones u omisiones de sujetos individuales, las exigencias hechas respecto de la coherencia política, todo ello se desarrolla en el tono de la conversación de pasillo (o bien en la invectiva semi-pública del estado de Facebook). Quiero comprender de dónde vienen estas pasadas de cuentas y a qué responden los comentarios pasivo-agresivos. Que alguien me explique en qué momento las diferencias políticas empezaron a pesar por su contenido afectivo, como si el desacuerdo en el "qué hacer" -esto es, en los detalles- signficase necesariamente un juicio respecto de la calidad de las personas u organizaciones con quienes se tiene ese diferendo.
Se me ocurre que esta crispación generalizada tiene que ver con un déficit de espacio público para el debate. Un lugar en el que la politización de lo privado no equivalga del todo a la personalización de lo político. O, dicho de otro modo, una manera de abordar las diferencias por fuera de los códigos de la intimidad. La crítica a la abstracción de una esfera pública diseñada a medida masculina, burguesa y blanca no debiese llevarnos al rechazo de esa necesaria abstracción que requiere cierto tipo de acción política. Tratarnos entre nosotras sólo en los códigos de la amistad tiene como potencial consecuencia la clausura de lo político. Ahí, la sororidad corre el riesgo de transformarse en grupos de afinidad de funcionamiento sectario, y sabemos que la sororidad es algo demasiado importante y preciado como para dejar que ello ocurra. Sin una mediación de los conflictos políticos que pueda esquivar esta disolución dentro de los límites parroquiales del cuarto propio me temo que sólo iremos a un debilitamiento del ingente tejido organizativo que ha caracterizado estos últimos años para el campo feminista. No sé cómo se hace para salir de esta modalidad en la que estamos, pero es urgente la búsqueda, partiendo por la recomposición de confianzas.
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