Sunday 29 September 2013

Otro intento de traducción

Und wenn ich hier versuche Dir schriftlich zu antworten, so wird es doch nur sehr unvollständig sein, weil auch im Schreiben die Furcht und ihre Folgen mich Dir gegenüber behindern und weil überhaupt die Größe des Stoffs über mein Gedächtnis und meinen Verstand weit hinausgeht.

Y si aquí intento responderte por escrito, entonces ello será sólo muy incompletamente, porque también en la escritura el temor y sus consecuencias me disminuyen frente a ti y porque en general la magnitud de la materia excede ampliamente mi memoria y mi entendimiento.

Franz Kafka

Sunday 15 September 2013

(De Ángel Rama)

Extraña reversión, a lo largo de una década, de la opinión sobre los intelectuales chilenos. Quizás por percibirlos ahora en el exilio, sueltos, separados de su medio, sumergidos en otro distinto. Ahora me parece "flojos", bastante mal preparados intelectualmente, algo simples y cerradamente nacionalistas, con un horizonte acortado, frecuentemente reducidos a debates nimios como de patio de vecindad y muy a menudo dotados de falsa cordialidad, como de un sistema defensivo (ofensivo) basado en la simpatía, tras del cual está agazapado un oportunismo primario. La tragedia política ha acentuado alguna de estas "imposibilidades" que diría Borges, pero los ha endiosado haciéndoles perder la timidez: entre otros exiliados asombra el desinterés chileno por toda otra tragedia que no sea la suya y su evidente voluntad de no asociarse con otros pueblos en sus reclamaciones dramáticas que pudieran empañar su papel protagónico. Una suerte de arrogancia portaliana, sólo que transportada ahora a la izquierda.

Friday 13 September 2013

Es realmente absurdo y cruel que en menos de una semana pasemos a una euforia de estas proporciones. ¿Hay acaso otra alternativa que no sea declararse en un estado de pasmo y desconcierto? Sólo el alcohol nos borra el impacto, parece.

Wednesday 11 September 2013

40 años, antesala permanente

Al menos desde el miércoles pasado se ha desatado un caudal incontenible de palabras sobre estas cuatro décadas. Entre el 4 y el 11 de septiembre corren los siete días más extremos para la memoria del pueblo. No sé cómo hacer para evitar que esto sea 'una intervención más'. Tal vez sea necesario -para no ahogarse entre el mar de voces que se alza con el ímpetu de la rabia y la persistencia- recurrir a la experiencia personal, que para mí es, más bien, recurrir a su falta multiplicada. 

No tengo familiares detenidos desaparecidos o ejecutados o asesinados. Mi familia inmediata no conoció nada cercano a la militancia revolucionaria o la oposición a la dictadura; por el contrario, mi mamá y mi papá votaron por el Sí y por Büchi. De chico me contaban que el esposo de Gladys Marín estaba fondeado en Cuba o en Suecia y que nadie hablaba de lo que había pasado antes del 73. Votaron por Lavín y se quejaban por la persecución a Pinochet el 98. Nunca se han interesado por estar en un partido o en alguna agrupación que exceda las expectativas puesta en los padres.

¿Fueron ellos quienes me formaron en lo político? Escasamente. Al menos no de forma explícita, porque para ellos la política siempre fue más un problema que otra cosa. Los 'boches', la incomodidad de una toma o de un corte de calle. Mi memoria ha tenido que saltarse a la familia directa y buscar por otros cauces. Nadie me enseñó de la alegría de la UP, nadie me crío con la figura de Allende como la síntesis de la esperanza de un pueblo, nadie me cantó Quilapayún o Silvio ni menos tengo el recuerdo de que hubiera cortes de luz o lacrimógenas cerca de la casa durante septiembre. A ratos, no logro explicarme del todo cómo es que llegué a este punto en que -como todo universitario izquierdoso que se precie- me indigna cuanta cosa sale de las páginas del Mercurio y no aguanto ver la sarta de eufemismos que aguantan los noticieros. 

Pero hay algo aún menos explicable, y es que hoy mis viejos parecen compartir una experiencia similar. De seguro, no piensan en términos de militancia, clase o proyecto popular (tampoco sé hasta qué punto yo lo hago en serio, y no como pura fraseología; vivo en el miedo permanente a la pose revolucionaria). Sin embargo, no puedo dejar de impactarme y sentir que ha habido una victoria cuando los veo estremecerse por un repertorio tan conocido como el de Imágenes prohibidas; constatar que a ellos también se les parte el corazón con esos Teleanálisis de baja fidelidad, con el grito desesperado de quienes cayeron y con la bruta fuerza de los gorilas represores de la DINA. No, estos cuarenta años no han pasado en vano, y no termino de explicarme qué ha pasado para que lleguemos a un punto en el cual mi papá dice no comprarle nada a los diarios y que la educación debería ser gratuita para que los empresarios dejen de robar. 

Ha sido la lucha constante y lenta del pueblo por reconstruirse, por recuperar su dignidad, por volver a ser la que, en parte, es responsable de que hoy haya quienes estén dispuestos a replantear sus trayectorias enteras. Es a ese pueblo a quien le debo yo y le debemos todos en esta casa el poder apuntar a los represores y reclamar que se deshaga lo hecho. Sin la persistencia, sin la valentía, sin la entrega diaria y esperanzada del pueblo, que no ha cesado de hacer valer su derecho indiscutible de tomar la historia en sus manos, de no callar en el recuerdo, sin el espíritu de la lucha permanente, estaríamos con algún monigote de Pinochet todavía encima. Con toda probabilidad estaría yo abusando de los privilegios de clase que esta sociedad sigue considerando un derecho sacrosanto, poniéndole la pata encima a cuanta persona se me cruzase, como lo han hecho y siguen haciendo quienes conocí como 'compañeros de colegio'. 

Pero no, otra cosa ocurrió, algo quizás más problemático. Contra todo pronóstico, el pueblo no se rindió, no se humilló, pero fue acribillado y estuvo al borde de la desesperación. Persistió, persiste todavía. Ni la tortura ni el embeleso del consumo ni la justicia en la medida de lo posible ni el gobierno de excelencia han podido domesticar esa potencia furibunda y creadora, el torbellino que nos tiene colgados en una cordillera hostil. Han matado a Allende y tantxs más, pero quien ha muerto sólo sobrevivirá realmente si es que la lucha continúa. Se nos ha transmitido una tarea imposible, pero necesaria, la tarea de un pueblo capaz de soportar las peores violencias, pero que cada tanto muestra que no ha sido eliminado y que vuelve a ponerse de pie. Estamos siempre en el preludio, en el momento de la lucha anterior a toda definición. Venceremos. Vencerán.

Friday 6 September 2013

Cantidades

Ocho años de 'escritura' ininterrumpida. Gracias a esa continuidad puedo caer en cuenta del carácter, muchas veces brusco e insospechado, de los cambios. ¿Valdría la pena recopilar todo lo que aquí se ha depositado? Hay momentos en que ya no reconozco las letras, en que los colores me avergüenzan, las respuestas son muy torpes y preferiría nunca haber arrojado tal o cual frase al negro que, de un largo tiempo a esta parte, aloja los textos. Se me demoran los cambios. No obstante las frecuencias irregulares, hago el esfuerzo de aparecerme acá al menos una vez al mes; dejar de hacerlo sería renunciar a mi propia vida, aun si es que nadie más lee este blog (de seguro, nadie le responde ni le pelea). Será triste el final.

Wednesday 4 September 2013

A la Unidad Popular tampoco se le apagaron las luces.