Sunday 30 October 2011

FILSA

Se abrió ya la temporada. Fui ayer a la FILSA al lanzamiento del libro de Grínor. Salí con tres cosas. No se muy prometedora la feria, puede ser que esté recién partiendo. Lo jevy es ver cómo en los stands el precio es el mismo que en librerías, y sólo en el de Bolivia hay libros con un precio más razonable.

Habrá que hacer justicia por las propias manos.

Tuesday 25 October 2011

Me pregunto, ¿a quién queremos importarle?

Sunday 23 October 2011

Coyunturas ¿pre-revolucionarias?

¿Qué más espera el Gobierno? ¿Qué otra cosa quiere? Si el gobierno se piensa bajo la metáfora del lector, ¿qué signo está esperando? Posiblemente las preguntas no den en el punto, porque seguramente el Gobierno no pueda nunca dar con una señal que nos sea satisfactoria. La toma del Congreso parece evidenciar este punto: la ocupación de un poder del Estado, la irrupción de un grupo (no una masa, un grupo, pero no por ello menos importante) de ciudadanxs movilizadxs, la irrupción de quienes dicen ser el pueblo movilizado, todo ello no logra cruzar un umbral para que el Ejecutivo caiga en cuenta de que ya no tiene el control total de la situación, de que tiene que ceder.

¿Qué más esperamos? ¿Qué otra cosa queremos? ¿A qué señal estamos aguardando? Nos hará falta mucho más Zivilcourage. Lo tuvimos el 4 de agosto, y hemos de seguir teniéndolo.

Friday 21 October 2011

Gestos mortificatorios

"Empecé a deprender gramática, en que creo no llegaron a veinte las lecciones que tomé; y era tan intenso mi cuidado, que siendo así que en las mujeres - y más en tan florida juventud - es tan apreciable el adorno natural del cabello, yo me cortaba de él cuatro o seis dedos, midiendo hasta dónde llegaba antes, e imponiéndome ley de que si cuando volviese a crecer hasta allí no sabía tal o tal cosa que me había propuesto deprender en tanto que crecía, me lo había de volver a cortar en pena de la rudeza. Sucedía así que él crecía y yo no sabía lo propuesto, porque el pelo creía a prisa y yo aprendía despacio, y con efecto le cortaba en pena de la rudeza: que no me parecía razón que estuviese vestida de cabellos cabeza que estaba tan desnuda de noticias, que era más apetecible adorno"

Sor Juana Inés de la Cruz, "Respuesta de la poetisa a la muy ilustre Sor Filotea de la Cruz", Obras completas tomo IV Comedias, sainetes y prosa, edición, introducción y notas de Alberto G. Salceda (México: Fondo de Cultura Económica, 1957), 446.

Tuesday 18 October 2011

¿Jornadas de protesta?

¿El fin de qué estamos viviendo? ¿Qué historia es la que está acabándose (y, tanto o más importante, qué historia es la que está comenzando)? Se quema una micro, y sale la Ley de Seguridad del Estado. Todxs quedamos como terroristas, aun cuando no todxs sufran igualmente las consecuencias.

Estas formas de violencia son siempre un riesgo. Tal vez el problema reside mucho más en el hecho de que no existe la posibilidad de traer la violencia a la dicusión de todxs, que en el ejercicio mismo de dicha violencia. No estoy enojado con lxs capuchas, no ahora al menos. Me angustia el pensar que hay una barrera efectiva entre quienes no nos encapuchamos (o no lo hemos hecho aún) y quienes lo hacen, porque no veo cómo tender puentes. Sé que no se trata de grupos separados, pero así se me aparecen en primera instancia. No toda violencia que dice ejercerse en contra de la autoridad es, per se, violencia revolucionaria o liberadora, y determinarlo no es (con mucho) un privilegio de 'lxs intelectuales'. Un problema aún sin resolver.

Monday 17 October 2011

James Franco es tan wachón, que es de una edad indefinible.

(Esos pensamientos azarosos que lo asaltan a uno)

Sunday 9 October 2011

Un 9 de agosto

Un 9 de agosto, como hoy, en 1967, en un lugar que está muy lejos de Santiago, está el cuerpo del Che. Nunca conocí al Che, él tampoco alcanzó a conocerme. En la Facultad de Filosofía y Humanidades, donde llevo ya casi cinco años estudiando, hay un mural del Che, como en muchas otras facultades universitarias en América Latina. En todo el mundo, hay posters, pancartas, murales, y poleras del Che mirando al horizonte. La foto es en Cuba, pero está por todo el mundo.

¿Qué somos del Che? ¿Por qué seguimos pensando en el Che cuando pensamos en la izquierda, cuando pensamos en Latinoamérica, cuando pensamos en la revolución? No creo que el Che sea nuestro progenitor, ni nuestro guía, ni nuestro líder. No sé si me interesaría que lo fuese, no en todos lados se necesitan líderes, y a mí los mesías no me gustan. A él tampoco creo que le hayan gustado. Puede ser que él haya querido ser un compañero, o un cómplice, a pesar de los retazos leninistas que se le salieron en más de una ocasión. Como lector, a veces el Che quiso poner su respuesta antes que la pregunta. Quizás sea por ese 'error de lectura' que ya no nos acompaña, que su cuerpo se quedó en Bolivia el 9 de agosto de 1967. Un error que no le pesó sólo a él, aun cuando da la impresión que lo que importa, es que haya sido su error, y no un error que arrastró a muchos otros cuerpos que se quedaron en Bolivia el 9 de agosto y los días posteriores.

En estos momentos, en que no está el Che para mirarnos, habría que evitar insistentemente el hacerse la pregunta por quién tiene que ocupar su lugar. No se trata de seguir al Che, no lo creo, porque el Che está en Bolivia, en 1967, y ni siquiera a los bolivianos de 2011 les sirve andar siguiéndolo. Como sea, nosotros estamos a todos esos años de distancia, no hay lecciones que nos den los cadáveres por el hecho mismos de ser cadáveres. No hay lecciones que nos pueda dar el Che sólo por el hecho de ser el Che. Nada obliga a reconocernos en él, nada hace que sea obvia su lucha, que nuestra lucha sea su lucha. Nada hay en el Che que no tenga que haber en cada uno de nosotrxs ahora: él no es un superhéroe porque nosotrxs no tenemos por qué serlo, la revolución no la hacen los superhéroes, porque si es así, ¿cómo puede ser que estemos intentando hacerla nosotrxs, que no lo somos, que podemos quedarnos aquí, en un 9 de agosto de 2011, dejando nuestro cuerpo en Santiago de Chile?

No, el Che no está vivo. El problema es precisamente ese, que no lo está. Tal vez esa sea su fortaleza más grande, que no vivió para siempre, que se equivocó en leer, y asumió las consecuencias. Lo que nos queda, todavía, del Che es un recuerdo que anima la rabia, y eso me anima. El Che es nuestra Lady Gaga en la sierra, o tal vez no, tal vez sea como Marilyn Monroe, y Lady Gaga sea el Subcomandante Marcos. No importa. Ni Marilyn ni el Che están vivxs, ambxs dejaron sus cuerpos en otra parte. Hoy estamos en Santiago, y tal vez el mensaje que quiero dejar es este: ni aunque se levantase de 1967 podría el Che hacer lo que no hemos hecho hasta hoy. Su obra permanece incompleta mientras no seamos nosotrxs mismxs quienes empujemos nuestros cuerpos (y su cuerpo) más allá del 9 de agosto de 2011. La mirada incendiaria tiene que seguir siendo nuestra, la impaciencia y la constancia. ¿Qué horizonte hay en la fotografía de Korda? Mientras no sigamos en la lucha, nunca podremos saberlo. Quizás el Che tampoco lo sabe.

Saturday 8 October 2011

Pop y política. Flashmob, pasacalle

[Este texto fue publicado originalmente en el fanzine Turba, editado por el taller "Cultura pop" que dirige Andrea Ocampo, pp. 101-104]

Los meses no han pasado en vano. Se nos han desgastado las zapatillas, pero parece que no lo suficiente. La ocupación que llevamos ya en el cuerpo todavía nos exige más esfuerzos, a pesar de que hayamos andado la calle en otoño, iniverno, y primavera. Estamos todavía metidos en una movilización que no ha querido acabarse, saliendo ya de nuestro propio "invierno del descontento".

Vivimos días de movilización, y lo que se mueve no es sólo un grupo de estudiantes o una alianza de organizaciones con el objetivo de avanzar hacia la obtención de demandas específicas. Me parece que estamos atendiendo a algo que no puede categorizarse simplemente como 'movimiento social', aun cuando de eso tiene mucho. De alguna manera, la contigencia parece estar manifestándose como algo que sobrepasa muchos de los esquemas que tenemos para pensar nuestro contexto. La praxis misma de una política que, insumisamente, se ha desmarcado de los canales tradicionales de participación, parece denunciar que los repertorios con los hasta el momento contábamos no han bastado.

Una mirada a la pantalla: miles de zombies bailando frente a la Moneda. Miles de zombies que dejan de maniesto una imagen ambigua: los cadáveres de la educación neoliberal chilena, poniéndose de pie al ritmo de Michael Jackson; una masa de cuerpos maquillados y organizados para exponerse, para hacerse ver. La producción de una proyección conectada a la distancia con una figura de quien poco sabemos sobre sus simpatías o antipatías políticas, pero que es capaz de convocar de todos modos. Un ícono pop, devorado o algo por el estilo. Regurgitado sobre el césped pisoteado y lacrimogeneado. El olor que se levanta con el barrido de la mañana siguiente y que aprieta la garganta. MJ for public education. El baile como una sinécdoque de las deudas, de las demandas, de las propuestas, de los cadáveres que están detrás del movimiento. Es triste pensar que anticipásemos a Manuel Gutiérrez, que murió sin deudas, pero no por eso deja de ser un cadáver que nos tenga que importar. Me importa que nos importe, tanto como los potenciales cadáveres que están todavía en los colegios, esos cadáveres potenciales a los que se les quiere negar la condición de tal. Como sea, Manuel Gutiérrez no es nuestro mártir, y los pequeñísimos partidos de izquierda vanguardista hacen carteles con su imagen, pero del flashmob y de las huelgas de hambre, nada.

Una mirada a la calle: comparsa de pitbulls y otros animales. Piezas de utilería proliferando por una ciudad forzada a mirar a la masa. Paso al lado de Chín-chín tirapié, uno de los perros-pacos se acerca. Parece más humano que los que miran desde la vereda con sus escudos. parece más respetable, dentro de su animalidad. La seriedad enojosa de la izquierda, ¿se resquebraja? El movimiento ocupa la calle, pone algo de desorden. Marchar ya es algo más que marchar, porque se trata de transformar la calle. Una acción performática que es, a su manera, performativa. En el escenario (¿pasarela?) que es la calle, estamos convocando la visceralidad propia de la política que sabemos hacer. Un monigote de Lavín, pancartas de Evelyn Matthei sodomizando al Gabinete, Zalaquett como una mosca, una constitución gigante con guillotina para el 14 de julio. La calle se vuelve el lugar de una escenificación política que, en algunos casos, pareciera querer operar miméticamente: quemar el guanaco de cartón y el de metal, pero se quema el de cartón porque el de metal está demasiado presente, a pesar de la masa. Es una procesión que oscila entre la metáfora de un deseo político y la actuación de una literalidad.

Algo se ha estado (re)constituyendo en los últimos meses. Hemos estado tramando algo, a veces demasiado separados. Una convicción que quisiera ofrecer a la discusión sería la siguiente: el espacio de la política es un espacio de decisiones que importan. Otra apreciación: las decisiones en política nunca son suficientes. Entonces, si pienso en las relaciones entre pop y política, creo que me son ineludibles tanto la necesidad como la insuficiencia de un pasacalle y de un flashmob. En un campo de disputa como el que estamos enfrentando, cada arma es necesaria y cada arma es insuficiente. Cierto, podremos hacer barricadas, podremos hacer videos para subir a Youtube, podremos tener asambleas de cuatro horas, podremos hacer una huelga de hambre, podremos ser clásicos, ser pop, ser vintage. Podremos ser muchas cosas muy políticas todas. Y sin embargo, una marcha no es un movimiento, aunque sea moverse en una dirección. Una barricada es incendiaria, y estamos en tiempos en que prenderle fuego a la institucionalidad está convocando miedos que me entusiasman y me ponen ansioso. Un flashmob, con todas las acusaciones de frivolidad, es una plataforma que no tiene a la frivolidad como propiedad esencial o inherente, sino que otorga la posibilidad de articular una imaginación que infiltra espacios del poder. Un pasacalle pone en evidencia las fobas al espacio público que nos han querido hacer asimilar.

Esperanza y preocupación. No obstante el optimismo de la voluntad, lo pop no es un aliado irrestricto. Muere Camiroaga, y no sale un solo segudo su video de apoyo a los estudiantes. Renuncia un general asesino con todas sus condecoraciones. Recién empezamos a hacer que se termine la transición, recién. Los ochente ya salieron en la tele. Los noventa están empezando a saler en/de la calle.