Monday 28 June 2010

Libros favoritos

El otro día un chico en Tumblr preguntaba por los libros favoritos.

No soy capaz de elegir uno, así que hice trampa y mencioné uno de mis favoritos de ficción y uno en no-ficción.

Obvio que no le dije que estaba haciendo trampa, y que en realidad me era demasiado imposible el aplicar el concepto de "libro favorito", incluso haciendo esa división tramposa.

(btw, mi tumblr es www.emeyeme.tumblr.com)

A propósito del mundial

Hay algunas cosas que me inquietan, molestan, desconciertan de todas las cosas que han ocurrido durante el tiempo que llevamos del mundial de football.

- ¿Por qué si reclamo y digo que no me gusta el football soy un amargado, pero si increpo a alguien porque no le guste leer (o el cine, Bach, ir a exposiciones) soy un intelectualoide, un snob, un arribista o un elitista? ¿Por qué es más legítimo criticar (más aún, categorizar negativamente) a alguien por unas actividades que por otras? ¿Qué hace que el football esté “más allá del bien y el mal”?

- Me da algo de cuco que el no participar de la euforia colectiva que significa (ha significado) el mundial sea equivalente a no participar de la comunidad nacional. No defiendo a la nación a rajatabla. Menos aún me interesa reivindicar el concepto fascistoide y conservador de ‘patria’. Pero hay algo que me incomoda en todo esto de que ser chileno es igual a apoyar a la selección de football (ojo con esto, porque a otros deportes se les niega esta capacidad metonímica). No tengo recuerdos de haberme sentido ‘orgulloso de ser chileno’, ni siquiera en las situaciones en donde se espera de ti que salgas a defender al país. No me interesa. Y sin embargo, no puedo decir que sea todo desechable, que la nación y el Estado sean desechables, que la comunidad política sea desechable, que el concepto mismo de comunidad sea desechable. La patria es una mentira, pero es una mentira cruel porque no es totalmente mentira.

Sunday 6 June 2010

Lady Gaga y la obscenidad de la crítica

¿A qué llamar un objeto de estudio legítimo?

La pregunta da todas las señales de ser engañosa, una trampa conceptual de la que habría que cuidarse para no caer en los típicos callejones sin salida que suele significar la teorización. Sin embargo, hay tras ella una serie de anclajes que vale la pena explorar al menos. En efecto, toda vez que la pregunta por la legitimidad de un objeto implica ya la idea de que existirían objetos ilegítimos, me parece que hay que al menos preguntarse por la carga crítica que significa reivindicar ciertos objetos.

Hace como un mes (creo, cada vez pierdo más noción del tiempo) escribí sobre M.I.A. y Lady Gaga. Andrea Ocampo me dio la posibilidad de ir a su taller de Cultura pop a leer el texto y comentar un ejercicio análogo que hicieron lxs chicxs. Empecé a hacerme la pregunta, a propósito de un par de comentarios que me hicieron algunas personas, de la forma en que estaba abordando el problema. ¿En qué medida es legítimo pensar sobre Lady Gaga?

Creo que el asunto tiene mucho que ver con una cierta 'sacralización' del trabajo reflexivo. Si bien ha habido una contrapartida de aquello en mucho del corpus 'postmo' de análisis sobre cultura pop, me parece que lleva a un nudo ciego. De una forma u otra, pienso más en lo que hace Slavoj Zizek que una mera etnografía de lo pop. La idea de la crítica como descentramiento, como extrañamiento, como apreciar nuevamente, como dar vuelta las cosas y mirarlas por donde parecería casi obsceno verlas.

Me gusta esa idea. Mirar obscenamente lo pop. Mirar obscenamente lo que se desecha como no-importante, precisamente para poner de manifiesto que no es tan inocuo como se cree. Lady Gaga puede ser vista con demasiada facilidad como diva, como ícono, como show (de manera despectiva o como parte de la multitud de fanáticxs que tiene). Cuesta mucho más darse el trabajo de complejizar, de re-situar al objeto, de posicionarse sin caer en las descalificaciones vulgares.

En cierta forma, estoy esperando el video de 'Alejandro' precisamente a partir de ese espíritu sádico que se supone anima la crítica. Mi relación con Lady Gaga tiene toda la obscenidad de mi 'marxismo heterodoxo y marica'.