Saturday 22 March 2014

Polémicas pobres

No se me ocurre otro calificativo para la pseudo-discusión que se ha armado a propósito de la "Marcha de todas las marchas". Valga el proviso de que aquí no hablo como parte desinteresada en un conflicto que tiene mucho de ilusorio (al menos visto desde esta vereda). Se ha tratado de un palabreo inmotivado por cuenta de una organización asaz antidemocrática, como es el MOVILH, contra un espacio de representación que, con todos sus problemas internos, resulta ser el organismo que mejor cuenta da de las discusiones e intenciones de movilización del movimiento estudiantil universitario.

Cuesta reaccionar de otro modo cuando se anda diciendo que la CONFECh no responde a los intereses del movimiento social, así tan livianamente, o que "la discusión sobre Venezuela" entrampó el apoyo a una iniciativa de caracterización nebulosa y ambigua, no se hace otra cosa que restarle fuerza a un actor y cuestionar su legitimidad. Todo ello en condiciones que debiesen reclamar una perspectiva estratégica mucho más concienzuda que el mero enojo por no sumarse a un mono que ya estaba armado hace meses con tal de fungir de plataforma mediática.

Básicamente, el argumento del MOVILH y su imperator caesar augustus sempiternus, Rolando Jiménez, es que como los estudiantes andamos discutiendo pescás no somos capaces de sumarnos a esta (su) gran iniciativa ciudadana. Postura enunciada, dicho sea de paso, desde un locus "progresista" que reclama por la incapacidad de otros espacios de salirse de la línea del partido (curiosísima operación que esconde la militancia propia y los vínculos -más o menos formales- que existen de un tiempo a esta parte entre el PRO y el MOVILH).

Con toda honestidad, no termino de comprender qué pasa por la cabeza de Jiménez, cuál es su perspectiva política. Porque al parecer él y otros progresistas, como Jaime Parada, andan más preocupados de pegar codazos hacia al lado que de confrontar con claridad al enemigo que hoy amenaza con la desactivación burocratista de las reivindicaciones populares. Pero claro, a este lote jamás se le pasarían por la cabeza las palabras "estrategia", "popular", "reivindicación". Lo importante es figurar en la foto con ellos y listo, sin discusión real, sin disputa por los contenidos, sin ponerse frente a las preguntas difíciles. Se espera de nosotres que delegemos en ellos la capacidad de vocería e interlocución, sin respeto alguno por las formas internas de democracia que cada sector se ha dado. Mucho a mí puede enojarme que la CONFECh no reaccione como me gustaría ni con la rapidez que me gustaría, pero el trabajo por transformar esas instancias parte haciéndose cargo de la organización de base, con trabajo cotidiano, no buscando las cámaras y armando polémicas ridículas que lo único que hacen es dividir artificiosamente.

En síntesis: pa' la casa, washa culiá...

Tuesday 18 March 2014

(De Lispector)

...ése era pues el secreto hacia el cual se encaminaba desde la infancia; el centro del deseo era rutilante y sombrío, eléctrico y tan terriblemente nuevo y frágil en su contextura que podía destruirse a sí mismo apenas con profudinzar un poco más, apenas fulgurando un instante más.

Thursday 6 March 2014

(A propósito de Arguedas)

Hace unas semanas terminé Todas las sangres. Tenía la intención de escribir algo, pero me he ido demorando y no logro dar con los tiempos que me permitan contemplar con el estremecimiento justo esa experiencia de lectura. De buenas a primeras, me asalta el reconocimiento de que al cerrar la tapa del segundo volumen he "completado" toda la novelística de Arguedas. De ninguna otra escritura puedo reclamar un grado de conocimiento parecido (posiblemente Woolf, pero ni de cerca), y me pregunto por el efecto que esta cercanía -¿cabe hablar aquí de intimidad?- está provocando en mí.

Quizás ahora pueda actuar bajo el supuesto de que me encuentro más "autorizado" para cualquier pronunciamiento sobre esta obra, pero me resisto a asumir esa (im)postura: una lectua al paso puede, por los motivos más inesperados, dar con esa fibra vibrátil que atestigua parte del sentido de un texto. Más aún: justamente en aquel contacto intempestivo es donde cabría apostar por aquello que remece y reconfigura el paisaje de las relaciones establecidas con determinados objetos. Una familiarización que abre las puertas de lo nuevo a causa de su ausencia de compromisos o lealtades previas, sin que ello fuerce al sadismo desconsiderado.

Llegado a este punto de recorrido, no obstante, me siento en proceso de hacer calces retrospectivos, como si estuviera en la escena inicial de Yawar Fiesta, llegando al abra desde donde se distingue una parte del pueblo indio. Sólo que, en esta ocasión, ocurre el desdoblamiento que posibilita la perspectiva de aquellos segmentos hasta ahora obstruídos, sin por ello ser invisibles. Siento la conciencia de una simultaneidad no-simultánea, expresada en la conjunción de visiones a tiempos distintos que se yuxtaponen en la rememoración de los relatos ya leídos.

Tras haber hecho el camino sinuoso entre varios puntos -que reclaman su estatuto de aquí y ahora al mismo tiempo- se me configura la imagen de una narrativa arrojada a su propio descoyuntamiento. Arguedas mismo es la primera víctima de la fricción irresoluble y fatal que tensiona los mundos constitutivos de su narrativa: la propia experiencia de una sociedad fisurada (una sociedad cuya experiencia histórica ha sido el perpetuo lidiar con sus fisuras mediante la negación que las profundiza y hace más inhumanas) y la imposibilidad real de que la escritura aloje -y aun, en su dimensión utópica, suture- al mundo en el cual se despliega.

Arguedas se plantea un desafío cuya intimidad irrecusable termina por volverme espectador desesperado y cómplice, de la misma manera que él también se figura a sí mismo. Sólo que no soy capaz de entrar en ese contacto secreto con una lengua y una cultura "cercadas para ser mejor dominadas", pero que en su escenificación escritural se abren de manera tan infinita que la esperanza se cuela por fuerza entre las hebras del habla interferida, del desentendimiento mutuo, de la irracionalidad creativa y turbulenta de una sierra que se defiende por medio del permanente desgalgarse sobre quienes la atacan.

De hecho, creo que es eso también lo que me ha ocurrido a mí: he sido impactado por una narrativa que es aluvional porque aluvionales han sido sus orígenes, escindidos a cada tramo, y no puedo negar que es la ininteligible utopía del yawar mayu la que me ha traspasado ahora que llego a este punto del trayecto.

Tuesday 4 March 2014

(De Cornejo Polar)

...en el universo andino las asociación general entre escritura y poder tiene que historiarse dentro de una circunstancia muy concreta: la de la conquista y colonización de un pueblo por otro, radicalmente diverso, lo que hace que los conflictos entre voz y letra tengan aquí un significado de ruptura y beligerancia mucho más definido -y mucho más fuerte- que los que aparecen dentro del desarrollo orgánico de una sola sociedad o de sociedades relativamente similares. En otras palabras: la escritura en los Andes no es sólo un asunto cultural; es, además, y tal vez sobre todo, un hecho de conquista y dominio.