Sunday 18 September 2005

Cita lihneana

Nunca salí del horroroso Chile

Nunca salí del horroroso Chile
mis viajes que no son imaginarios
tardíos sí - momentos de un momento -
no me desarraigaron del erial
remoto y presuntuoso.
Nunca salí del habla que el Liceo Alemán
me inflingió en sus dos patior como en un regimiento
mordiendo en ella el polvo de un exilio imposible.
Otras lenguas me inspiran un sagrado rencor:
el miedo de perder con la lengua materna
toda la realidad. Nunca salí del horroroso Chile
Nunca salí de nada.

Enrique Lihn

Chile igual tiene cosas entretenidas. O por último, vinculantes; uno al final de cuentas nace aquí y carga con el estigma (para no pocos) de ser chileno. Del chileno ladino, que es quizá el arquestereotipo más exportado o el de mayor éxito. O tal vez del roto chileno y de ahí con toda la amplia sartedad (sarta/variedad) de personajes supuestamente típicos. Podemos tener algo realmente nuestro? algo que se diga propiamente chileno? Qué no somos hijos de la chingada?

Entonces las fiestas patrias son más un intento de valorar una cosa que haya venido desde adentro. Y ni siquiera, los criollos estaban bien cómodos sin separarse efectivamente de la todopoderosa metrópoli. Faltó que (en buen chileno) les metieran un palo en el poto para que la aristocracia de segunda línea (those days, the real thing was in Peru... ironía de la historia) se entibiara con la idea de la emancipación.

Lo peor debe ser la onda de saludo a la bandera que da vueltas en esta fecha. Todo el mundo se siente con el soberano derecho de sentirse chilenx. Da lo mismo que lo más al sur que han llegado ha sido Rancagua, lo importante es que mientras se esté fuera del país, el terruño pueda provocar cierta sensación de pertenencia, una nostalgia autocomplaciente que, en síntesis, les de una sensación de confraternidad a distancia con el populacho, la gallada.

La gente de platea mira seguido a la galería el 18

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