Tuesday 20 August 2013

(De Elfriede Jelinek)

¿Qué empezar, entonces?  No tiene sentido empezar algo, porque usted ya ha terminado todo. Eso no tiene ningún sentido. No, tampoco puede escaparse de su aflicción, no hacia un columpio ni hacia la tierra-noche, la noche viene de por sí, por eso no puede usted hacer nada contra ello, por eso usted no puede hacer nada en absoluto. No tenemos nada en contra de que usted haga nada. Ya ha hecho todo lo que era posible, y los cadáveres de sus amados cubren el suelo, que ya no le pertenece, la casita, casi lista, será rematada, el departamento propio vendido, ya no está ahí para vivir dentro de él; baje ahora de su alta montura, ya no debe quedarse más arriba, es suficiente, bájese, de otro modo le hacemos piernas, y si usted tiene piernas, ya no necesita la gran montura. Entonces, puede usted caminar por sí solo, aunque no sepa bien hacia dónde. ¿No sabe hacia dónde? Pues camine derecho hacia el vientre de la tierra desde donde vino - eso puede tener usted a causa de nosotros. Eso puede tomar; si no encuentra oro o gas o petróleo. Ahí puede usted, entonces, entrar y sacarlo, además encuentra algo. Ahí no molesta a nadie. Ahí no molesta a los tesoros del suelo. Pero si ellos están más abajo, los tesoros, petróleo, gas, electricidad, luz, átomo, canales de flores, inodoros, entonces a usted ya no le pertenece la tierra bajo nuestro suelo, entonces ya no le pertene la suciedad bajo las uñas, entonces ya no le pertenece nada, nada más, nada más. Nada más en lo absoluto. Nada.

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