Sunday 10 December 2006

10.12.2006

Hoy fue el día que murió Pinochet.

Con respecto a eso, lo primero que cabe decir es que el asunto es extraño. Polifacético por ponerlo en una palabra. Desde hace mucho tiempo que pensaba que uno no puede simplemente alegrarse con la muerte de quienes odia o que a uno le caen mal o son simplemente desagradables. That is giving attention to the things we ourselves have claimed have little importance or do not deserve our time. Y creo que es esa la sensación que me da: no puedo algrarme por esto porque es ponerlo al nivel de importancia de las cosas que me hace un poco más feliz.

Today afternoon, I was about to take a dive in the swimming pool and I found a little bird who had drowned (I presume not recently). We buried it in the garden, and suddenly I got this memory from 'The Hours'. I thought to myself that it was actually this death the one that bore more meaning, the one that really made me feel that it had enough importance to actually think about it. Most of the time, things like these go unnoticed, especially on a day like this one. But one death can outrank another one metaphysically.

Salió muchísima gente a la calle. Yo no, porque bueno, mis viejos tienen su dosis de paranoia y piensan que cualquier reunión de personas en la vía pública es necesariamente sinónimo de caos y vandalismo. Lamentablemente, el empirismo muestra que hacia allá va la tendencia, y que la manifestación pacífica no termina siendo más que la excepción. En fin, mi desprecio por la brutalidad ya está más que cimentado.

In spite of everything though, no deja de ser un momento histórico. Y es este el instante en el cual uno puede hacer ese juicio sin equivocarse (tanto). Porque hay muchos más antecedentes que en el caso de la movilización secundaria de este año. Son excepcionales los casos en que los momentos históricos pueden determinarse en el curso de los hechos. Digamos que esta es la excepción, que la simbolización alcanzada por Pinochet ya era la del arquetipo, la del dictador por antonomasia. Al punto en que se ha dejado en segundo plano la realidad que acompañaba a notre petit dictateur. Todos los cortesanos, colegas y colaboradores (en buena fe y espíritu por supuesto) se encuentran hoy por hoy en una nebulosa de 'desafección' por la Dictadura. Y si no es eso, su apología hace referencia en todo momento a aquellos que abandonaron el barco y no esperaron hasta este momento glorioso en el cual un deus ex machina viene a cortar los procesos judiciales y a arrojar más tierra sobre los empantanados litigios.

Al final es único este día, pero no tanto

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