Saturday 1 November 2008

Ópera

Hoy (o ayer, da lo mismo) fuimos con Andrés y Anita a la ópera a ver las Bodas de Fígaro. Es de Mozart, y por eso fue raro en un principio. 'La diferencia entre el barroco y la música clásica es su predictibilidad. Bach y Vivaldi (pero mucho más Vivaldi que Bach) son como un paseo por el bosque, no sabes qué te puede pasar, de dónde puede salir algún animal o hacia dónde te puede llevar un camino; Mozart por el contrario es como andar en tren: de repente vas más rápido, pero siempre termina llegando a la hora'.

Me gustó el montaje de todos modos. La historia es, a final de cuentas, toda una gran contención de líbido. En realidad no es tan así, pero me dio la impresión que había mucha represión de cualquier demostración erótica. Es un erotismo disimulado, metafórico, pero de todos modos un tanto culposo. Que debe ser hecho comedia para poder darse licencias un poco más 'picarescar' de vez en cuando. Pero está toda la imagen cortesana del s. XVIII ahí: las intrigas, los engaños y también la comedia de equivocaciones (and with drag in it!). Figaro mintiendo para tapar otras mentiras, siempre haciendo calzar todo sin que el idiota de su señor se dé cuenta.

Lo lindo fue que partió todo con la obertura en un tempo muy rápido, pero no acelerado. De ahí lo bacán fue ir viendo el efecto de la luz a lo largo del día y bla bla, detalles. Al final la ópera es teatro costumbrista europeo.

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